Virgen gloriosa

O gloriosa virginum, Zipoli

¡Feliz sábado! Ya es tradicional que el sábado aparezca por aquí algún compositor o compositora para traernos música mariana. Ello se debe a que también es costumbre en la Iglesia dedicar cada sábado (por lo menos antes de las vísperas del domingo) a la Madre de Dios. A ella le va a cantar la música de hoy, una obra curiosa e impresionante de un compositor al que le tengo mucho cariño porque pertenece (perteneció) a la Compañía.

Domenico Zipoli

Me refiero, cómo no, a Domenico Zipoli (1688-1726), compositor italiano nacido en Prato y que falleció en Córdoba (Argentina). Es cierto que estos compositores que marcharon a América han pasado desapercibidos por los musicólogos. Ello es algo injusto, especialmente con Zipoli, quien estudió órgano en Florencia y luego en Nápoles con Alessandro Scarlatti. En 1710 lo tenemos en Roma perfeccionándose con Pasquini y trabajó como organista en la iglesia de los jesuitas hasta que entró en la Compañía en 1716, para poco después marchar al Nuevo Mundo. Hasta su muerte fue organista el Córdoba y también pretendió ser sacerdote pero no lo consiguió. Podemos afirmar con seguridad que Zipoli fue el organista más famoso de su tiempo en América y quizá el compositor más celebrado en el nuevo continente.

Pues de él vamos a escuchar su motete O gloriosa virginum. Es una obra que tiene una bella mezcla de estilo entre francés e italiano. La composición comienza a base de de solos acompañados por los violines y el bajo continuo. Luego es el coro el que pone conclusión a este himno en un fluir continuo de forma que, aunque tiene tres partes estas no se distinguen debido a que el maestro Zipoli las escribe sin solución de continuidad. No vemos aquí demasiada influencia americana aunque la obra es plenamente disfrutable y llena de ese característico estilo barroco.

La interpretación es del Coro de Niños Cantores de Córdoba, Affetti Musicali y el Ensemble Elyma dirigidos por Gabriel Garrido.

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