Virginia Azcuy invitó a “aceptar el feminismo como crítica orientada a la realización de las mujeres como seres humanos” Monseñor Raúl Biord: “La crisis de Venezuela nos ha llevado a ser una Iglesia más samaritana”

Monseñor Raúl Biord: “La crisis de Venezuela nos ha llevado a ser una Iglesia más samaritana”
Monseñor Raúl Biord: “La crisis de Venezuela nos ha llevado a ser una Iglesia más samaritana”

“Necesitamos mayor protagonismo de los laicos en el campo de la economía y de la política”

“La mujer sigue sin participar en espacios de toma de decisiones y, por lo tanto, sigue siendo invisible en la Iglesia”

La segunda sesión del Congreso sobre las reformas del Papa contó con las aportaciones de dos conferenciantes: el obispo de La Guaira, Raúl Biord, y la teóloga argentina Virginia Azcuy. El obispo centró su ponencia en la experiencia del Concilio Plenario Venezolano. Y la teóloga, en el 'significado y profecía de una reforma eclesial que incluya a las mujeres”.

El prelado venezolano, que está transformando sinodalmente su diócesis de La Guaira, partió su intervención desde el ejemplo de la asistencia masiva a este Congreso de Teología, porque “para nosotros, lo que aquí estamos haciendo no es una teoría, sino una experiencia”. Una experiencia que, a su juicio, también se ve claramente en la celebración del Concilio Plenario de Venezuela, que se clausuró en 2006

Según monseñor Biord, “la Iglesia de Venezuela se ha renovado muchísimo a través del Concilio Plenario y de la crisis que seguimos viviendo y que nos ha llevado a ser una Iglesia más samaritana”. A su juicio, el proceso ha de seguir adelante, avanzando en sinodalidad, que “no se reduce a caminar juntos, sino que tiene que llegar a decisiones compartidas”. Es decir, pasar de “diócesis cerradas en sí mismas a una pastoral de conjunto”.

Una sinodalidad que, según el prelado venezolano, “en Venezuela no es una teoría, sino una práctica” y eso “fue para nosotros una primavera del Espíritu”. Por eso, explicó que “respetando la autoridad personal de cada obispo, es importante contar con decisiones que permitan que la comunión se realice en la acción pastoral”.

Reunirse, conocerse, aceptarse, compartir y quererse

Y, para eso, “una tarea primordial es la tematización de la necesaria dialéctica entre la autoridad personal de cada obispo y el ejercicio colectivo de la autoridad a través d ellas conferencias episcopales”. Algo que se plasmó en el Concilio Plenario en torno a cuatro verbos: “Reunirse, conocerse, aceptarse, compartir y quererse”.

Según monseñor Biord, en el Concilio Plenario y, también ahora, la imagen de la Iglesia ha de ser la de la caravana: “Algunos van delante, marcando el paso y abriendo brechas, otros siguen caminos abiertos, otros van más atrás acompañando a los que no logran seguir el paso. Algunos tienen ideas creativas y audaces, actitudes proféticas y hasta martiriales, pero son los profetas y mártires los que riegan la Iglesia con su voz y con su sangre, y la alimentan de esperanza, haciendo ver que el horizonte final no se identifica nunca con la mediocridad de la realidad, sino que la transcienda y la impulsa”.

Por eso, el prelado terminó con un llamamiento a los laicos: “Necesitamos mayor protagonismo de los laicos en el campo de la economía y de la política”

La irrupción eclesial de la mujer

A continuación intervino la teóloga argentina, profesora de la UCA, Virginia Azcuy, abordando uno de los temas más candentes en la Iglesia actual: la situación de la mujer. La profesora sostuvo, de entrada, que hay que pasar “de la irrupción eclesial de las mujeres a la ampliación de espacios para su presencia incisiva, como dice el Papa Francisco”.

A su juicio, es necesaria “una reforma inclusiva, que supone un nuevo estilo de relaciones entre obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, asi como superar la tentación del autoritarismo para dar lugar a diversas formas de compañerismo”.

Porque, en estos momentos “estamos entre la tentación, la resistencia a los cambios y la conversión”, pero la realidad es que “la mujer sigue sin participar en espacios de toma de decisiones” y, de ahí que “las mujeres seamos, en cierto sentido, invisibles en la Iglesia”.

Y la profesora de la UCA argentina urgió a “la conversión a una mentalidad inclusiva, para aceptar el feminismo como crítica orientada a la realización de las mujeres como seres humanos”. También concluyó invitando a “convertirse de la mentalidad jerárquica, para que la subjetividad bautismal de las mujeres pueda traducirse en todas las formas posible de ser Iglesia”, porque “sólo así la profecía de una Iglesia inclusiva llegará a ser realidad”.

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