La Iglesia católica argentina pide terminar con la grieta a días de una elección clave Óscar Ojea advierte: "No se puede gobernar en este estado de división"

El presidente del episcopado argentino, Óscar Ojea, pide acabar con la grieta
El presidente del episcopado argentino, Óscar Ojea, pide acabar con la grieta

El presidente del Episcopado argentino lo afirma en un inusual videomensaje. Admite que le preocupan posibles incidentes. Pide terminar con la grieta y considera que sea quien fuere el futuro primer mandatario, necesitará de acuerdos para gobernar

Ojea manifesta que una de las misiones de la Iglesia es “ayudar al diálogo”. “El diálogo es un desafío enorme porque se requiere un cambio de perspectiva y un ponerse como dice el Papa ‘un escaloncito más arriba’ para poder privilegiar y priorizar que es lo más importante y que es lo secundario”, dice

“Realmente necesitamos dialogar, acordar y escucharnos los argentinos para poder preservar la paz social, que es una meta inmediata”

“La corrupción es cuando el mal se ha instalado, se ha hecho un pacto como una forma normal de vida y de proceder. Es el peor de los males”

(Valores Religiosos).- En la recta final hacia las cruciales elecciones presidenciales de la semana que viene la Iglesia católica argentina salió a advertir sobre las consecuencias de la grieta, la extendida pobreza y la corrupción como un mal endémico en el país. Fue por boca del presidente del Episcopado, el obispo Oscar Ojea, quien -en un inusual video- quiso dejar en claro las preocupaciones de los obispos no solo respecto del momento actual, sino puntualizar las actitudes que, a su juicio, deberá asumir la dirigencia tras los comicios.

“No se puede gobernar en este estado de división social en el que nos encontramos, en este estado de ánimo”, afirma ante todo Ojea. En ese sentido, insiste con un viejo anhelo de la Iglesia, pero que para ella cobra renovada vigencia ante la etapa post electoral: “Nosotros pensamos junto con mis hermanos obispos – dice- que cualquiera que sea el resultado de las elecciones y a quien le corresponda gobernar en este momento en que nuestro país, va a necesitar acuerdos”.

Ojea pone el acento en la necesidad de preservar la paz social, una cuestión que surgió en la reunión que la cúpula eclesiástica tuvo con el presidente Mauricio Macri tras las PASO: “Realmente necesitamos dialogar, acordar y escucharnos los argentinos para poder preservar la paz social, que es una meta inmediata”. Y va más allá: “Y por supuesto que preocupa habiendo tantos hermanos nuestros en la calle y con tantas necesidades cualquier incidente que pueda ser fatal”.

Los obispos argentinos, con su presidente, Óscar Ojea
Los obispos argentinos, con su presidente, Óscar Ojea

En la intimidad, la Iglesia sigue con particular preocupación los movimientos sociales duros liderados por el Polo Obrero, Barrios de Pié-Libres del Sur y el Movimiento Teresa Rodríguez, protagonistas de las últimas protestas y acampes en la avenida 9 de Julio. Se los ve poco y nada inclinados a la búsqueda de acuerdos, a diferencia de la CTEP, el Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie, entre otros, más allá de algunas declaraciones fuertes.

Con respecto a la corrupción, considera que es “un enorme problema en la Argentina y en el mundo” y advierte sobre el riesgo de naturalizar algo que “va más allá del delito”. Puntualiza al respecto que “la corrupción es cuando el mal se ha instalado, se ha hecho un pacto como una forma normal de vida y de proceder. Es el peor de los males”.

“Muchas veces confundimos un delito con un estado de corrupción. Una cosa es un delito, un delito que tiene que ser pagado ante la justicia, que tiene que ser probado, pero la corrupción no es solo un delito, ni tenemos que poner el foco en el delito sino en un estado. Es un estado que nos va ganando y que va siendo natural”, sostiene.

Tras afirmar que “preocupa en primer lugar el modo de tratarnos, el modo de hablar, el modo de vincularnos entre nosotros, algunos silencios que a veces explotan en actitudes sociales”, Ojea manifesta que una de las misiones de la Iglesia es “ayudar al diálogo”.

Recuerda lo que decía Pablo VI sobre el diálogo: “Debe ser claro, afable, confiado y prudente” y cita también a Francisco: “El tiempo es superior al espacio”, “la unidad es superior al conflicto”, “la realidad es superior a la idea” y “el todo es superior a la parte”.

“El diálogo es un desafío enorme porque se requiere un cambio de perspectiva y un ponerse como dice el Papa ‘un escaloncito más arriba’ para poder privilegiar y priorizar que es lo más importante y que es lo secundario”, concluye.

Grieta social

Volver arriba