El papa con nuestro libro. Cardenales y obispos del pueblo LA FOTO DEL PAPA Y EL CARDENAL BARRETO

A partir de la sencillez de una foto...Nunca he tenido una relación directa ni personal con cardenales de la santa iglesia. Pero en estos últimos meses he vivido encuentros de familiaridad con algunos de ellos y me alegra saber que el Papa no está solo, le acompaña el pueblo de Dios y pastores del pueblo.

Anécdotas de vida con cardenales y obispos…

El Papa y nuestro libro

A veces te ocurren cosas que no esperas y que no estaban programadas.  Nunca he tenido una relación directa ni personal con cardenales de la santa iglesia. Pero en estos últimos meses he vivido encuentros de familiaridad con algunos de ellos y me alegra saber que el Papa no está solo, le acompaña el pueblo de Dios y pastores del pueblo.

Cardenal  Ayuso

Primero Miguel Ayuso, recién nombrado en el último consistorio, a quien conocía de temporadas relajadas y tranquilas en el santuario de Regla en Chipiona. Buen comboniano, que trabajaba en el dicasterio de las relaciones interreligiosas, que primero fue nombrado obispo, y ahora elegido del colegio.

Ayuso y Pepe

Su sencillez y cercanía, su visión de los temas, de la Iglesia y del mundo, me parecen muy equilibrados, sensatos, sencillos y humildes, a la vez que profundos y muy elaborados, con una formación teológica, humanística y vivencial de primero orden, con un deseo de implicarse en el desarrollo de una Iglesia realmente conciliar y dispuesto a comprometerse en este proyecto que anima el Papa Francisco. 

Cardenal  Ángel Pedro Barreto

Barreto

Junto a él, quiero hoy hablar del Cardenal Pedro Barreto. En estos días leía su síntesis del trabajo del sínodo sobre la amazonia, lo resume muy sencillamente,-  como hace siempre que habla para que lo puedan entender todos- en tres palabras: conversión (conversión a la espiritualidad de escuchar a Dios, a los demás, a lo invisible), convicción (aún más fuerte al final de la asamblea) y compromiso (compromiso de servir a Cristo y amar y servir a los demás con el cuidado de nuestra casa común).

Desde el Huito en Jaén (Perú)

Lo conocí siendo recién nombrado obispo en Jaén de Bracamoros, del vicariato de San Ignacio, zona de la amazonía, sustituyendo a monseñor  Izurquiza en Perú.  Sacerdotes de Badajoz colaborábamos en tiempos vacacionales impartiendo cursos intensivos de teología en el Seminario de San Luis, en el Huito, de dicha diócesis, regentado por los jesuitas para promover vocaciones sacerdotales diocesanas. Acudían seminaristas de cinco jurisdicciones eclesiásticas, algunas de ellas de la selva. Su intención es que ellos vieran referentes de sacerdotes diocesanos que estaban preparados teológicamente, y que no sólo eran los jesuitas. La intención es que ellos se preparan y fueran los que regentaran y llevaran adelante en el futuro sus diócesis sin depender de manos de fuera y de congregaciones concretas. Las experiencias fueron enriquecedoras, sobre todo para Ricardo Cabezas y yo que acudimos en más de diez ocasiones. De ahí venía mi conocimiento de este obispo de Perú.

Roma, el sínodo y el libro "Laudato si", claves y propuestas.

Me dio mucha alegría, cuando al ir a Roma, en octubre pasado, a un encuentro de Católicos por la defensa del Clima,  en el congreso asistió presidiendo el cardenal Barreto y nada más entrar y vernos, me abrazó y me recordó con mucho cariño. Yo pensaba que después de diez años, y con su vida ajetreada de cambios y compromisos, amén del vaivén del cardenalato con el Papa Francisco, su memoria no me reconocería. Pues no fue así al contrario, enseguida charlamos y le presentamos el libro que habíamos elaborado Trini Ruíz, Jose Ortíz – de profesionales cristianos de Badajoz-  y yo, sobre la encíclica Laudato si, en la editorial PPC. Se alegró un montón de este tipo de trabajo, en el que participaban referentes humanos y eclesiales, de aquí y de allí de la amazonia, de Latinoamérica. Lo compartimos también con el buen apóstol Mauricio, alma de la reflexión teológica pastoral de la amazonia y de los pueblos originarios. Y enseguida, nos mostraron su colaboración y deseo de que  le llegara al papa Francisco, porque se iba a alegrar de ello. Le dimos un ejemplar para que se lo diera en los días del sínodo.

Vigilia de oración con indígenas de la Amazonia. Canto vigilia

Después de eso, coincidimos  en una vigilia de oración organizada con los  indígenas, la noche antes de la eucaristía con la que se abría el Sínodo en Roma. Fue una noche de cantos, bailes, de oración profunda e intensa, alegres en el Dios de la vida que pone en el centro la periferia, no hay duda de que aquella celebración fue realmente una Magnificat eclesial vivido en el centro del Vaticano y presidido por los más sencillos del mundo, los más transparentes, los que buscan y viven una verdadera ecología integral y que tienen que “amazonizarnos” a todo el mundo, tienen que llevarnos estos pueblos originarios a la verdadera originalidad de lo humano y lo natural.  Me alegró ver cómo el cardenal era uno más entre ellos, se emocionaba con ellos, tocaba las palmas con ellos, cantaba con ellos, se abrazaba a ellos, les hablaba como hablan ellos… era un cardenal del pueblo que cree en el Espíritu, y en las claves evangélicas de Jesús de Nazaret. Para mi fue un testimonio brutal.

RAfael Cob

El obispo de Puyo, Burgalés Rafael Cob

Lo mismo sentí tomando un café y helado con el obispo de Puyo Rafael Cob, partícipe de nuestra obra con su gran prólogo, que también ha sido servidor y alma de esta reflexión tan sinodal que trae renovación, creatividad y ánimo a una Iglesia, que necesita rejuvenecerse y volver a lo original del evangelio.

El correo, la llamada y la foto

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Ayer me sorprendió un correo electrónico, del cardenal Barreto, en el que me pedía el teléfono para hablar conmigo. Lo había encontrado en unos de mis blogs, en “de lo divino y de lo humano”, que había estado leyendo y visitando. Quería contarme sus impresiones, su experiencia del sínodo, hablarme de nuestro libro, de su entrega al Papa Francisco y de las manifestaciones de este con respecto a la obra, así como el detalle de haber fotografiado al Papa cuando recibió el libro de sus manos, para hacernos llegar ese signo de comunión y ánimo en la tarea. El Papa nos bendecía y nos animaba a seguir en el trabajo por el evangelio y la humanidad, en el cuidado de la casa común. La verdad que estos detalles animan en la tarea. Pero lo que más me gusta es pensar que el Papa no está solo en esta lucha, que a su alrededor hay personas como estos cardenales, estos obispos, estos indígenas, así como muchos religiosos, laicos, sacerdotes que deseamos seguir en el espíritu del concilio de una Iglesia encarnada y evangelizadora que se entrega en diálogo con los dolores, fatigas, gozos y alegrías de lo humano y del mundo, en el deseo de avanzar en un reino de justicia, de paz, de vida, de salud, de fraternidad, de equidad, de respeto.. y que eso hoy pasa por un mundo que está interconectado pero que necesita la vinculación de la “casa común”, el sentido de familia y de amor, que transforma y salva.

En la vigilia sencilla y directa, palabras de Barreto: https://youtu.be/Y4qvJ_JJZvk

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