Argumentos contra los programas del corazón y los reality shows

reality shows
A base de reiterar la presentación de determinados comportamientos los espectadores acaben viendo y asumiendo los programas del corazón y los reality shows como normales y hasta asumiéndolos.

Es el gran daño que producen este tipo de programas.

Poca gente, en su sano juicio, puede creer que las discusiones entre famosillos que vemos en la TV pertenecen a la vida corriente de la mayoría de las personas. Y, sin embargo, al verlos un día tras otro, el telespectador confunde el hecho con la ficción y lo verdadero con lo falso.

De esa forma tales comportamientos acaban pareciendo lógicos y cambian la mentalidad  del telespectador, hasta el punto de que esos comportamientos pueden repetirse en la vida real de las personas normales.

El ejemplo más claro está en la sexualidad, donde el “todo vale”, el sexo light, el sexo sin amor se ha convertido en cultura dominante en determinados ambientes.

Ante los programas del corazón y los reality shows debemos decir ¡alto y claro! que no son meros pasatiempos sino que manipulan la realidad y contribuyen a dar forma a una cultura fría, vaga, insolidaria, egoísta, banal…

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