Memoria de la lluvia

Nubes de agua colgadas del cielo caen como torrentes sobre el paisaje e imantan el mundo de un espíritu vaporoso. Los ríos se persiguen, se atropellan unos a otros y huyendo de las nubes atraviesan los prados y se esconden en los recovecos de los montes. Las cuerdas de agua parecen lagrimas del aire, filamentos como labios de lo infinito, tejidos celestiales que abrigan los sueños. Los regatos de humo que vomitan las chimeneas titubean y corren zigzagueando hacia el cielo llenos de plegarias, súplicas, juramentos, deseos ardientes y se derrumban sobre si mismos. No sé si llueve sobre la memoria o si no hay más memoria que la de la lluvia.

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