Necesario y suficiente

Los hinchas tutean a los ángeles y como si tal cosa; entre ellos se desenvuelven a sus anchas. Repiten ritualmente lo mismo cada vez y todas las veces que se reúnen porque, fuera del fútbol no existe nada para muchos de ellos. Los hinchas no piensan y les irrita cualquier cosa que se lo pueda sugerir; como si el ser humano perdiera la cualidad de racional al estar en manada, o se volviera manada al perder o dimitir de su cualidad de racional. Un partido, más aún un campeonato, es como una tregua a la racionalidad. Desde fuera, todo lo que hablan parecen idioteces que les causan a los sujetos la misma gracia y les dedican la misma atención que los hombres en una taberna a cosas de mujeres. Para convivir en paz con ellos es necesario y suficiente permitirles desparramarse, sonreír y hacer que se les escucha. Gentes sensatas se vuelven extrañas.
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