Los componentes del grupo controlan las calorías, las vitaminas de cada bocado que meten a la boca. Si piden una tortilla quieren saber de qué granja son los huevo para saber que han comido las gallinas; si verduras, de qué huerta para saber que clase de abono han utilizado los cultivadores. Son personas obsesionadas, viven angustiada y angustian a quien viva a su lado. A pesar de sus saludables preocupaciones dudo de que vayan a vivir más que los centenarios de mi pueblo que han comido durante toda su vida lo que han podido llevarse a la boca. “Sigan con sus obsesiones culinarias pero háganse mirar su salud mental”. A pesar de sus preocupaciones saludables, no pierden ocasión de afirmar: No comemos más que porquería, nos están envenenando