El amigo enfermo

Estábamos en el bar O Pallero hablando de visitar a los enfermo. Un señor que no es del pueblo pero que viene por aquí con frecuencia a pasar días en una casa rural cercana, dijo: “Yo no visitó a mis amigos cuando están muy mal porque quiero guardar de ellos la buena imagen de cuando estaban en plena forma”. Alguien del grupo le preguntó: “¿Y sabes si el enfermo necesita de tu compañía? Porque si es el caso, tu amistad y tu amor por él no son tales”. “No había pensado en eso”, comentó. “Pues hay que pensar en todo, hay que ponerse en la piel del otro. El verdadero amigo está a las verdes y a las maduras. Para acompañar a alguien en las noches de farra no hace falta ser amigos sino sencillamente estar juntos en ese momento”
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