La bestia

“Una bestia desconocida está creciendo dentro de mí, alimentándose mi sangre; una bestia enemiga. Empezó como una bola, ahora ya es como un balón; crecerá hasta hacer estallar mi cabeza. Desde que existe dentro de mí, el mundo se ha transformado. Cosas que eran importantes han dejado de serlo y otras que no lo eran lo son ahora. Lo más hondo de mi preocupación es imposible compartirlo con nadie, en lo más hondo estoy solo. Los demás me acompañan pero no pueden arrancarme la bestia que se ceba en mis entrañas. Los misioneros van a África sabiendo que allí se pueden encontrar con la bestia, aquí la bestia vino a por mi. Pero allá en donde todo parece acabar quiero creer que hay alguien que me comprende, que me acompaña. La fe no me alivia el dolor pero le da sentido a todo esto y por eso no estoy desesperado. Espero” (Resumen de la charla, más de dos horas, con un amigo que tiene un tumor)
Volver arriba