Las instituciones

Viajé con un sindicalista. “Faltan dos años para las elecciones y mis compañeros ya están en campaña. Les preocupa la institución de la que están chupando. Las corrupciones saltan a la prensa porque alguien desde dentro las lanzó por la ventana”, dijo. ¿Por qué hay quien haga eso?, pregunté: “Algún cabreado porque se creía con derecho a más de lo que le han dado”. Es terrible lo que dices, comenté. “No suelen meterse dinero de la institución en e bolsillo pero lo gastan alegremente en comidas, viajes, hoteles”. Me estas dando ánimos, le confesé. “Las instituciones se preocupan más de su perdurabilidad que de hacer el bien para el que, de ordinario, nacen”
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