A cada generación hay que predicarle en su lenguaje Las nuevas tecnologías vehículo de la Buena Nueva

Las nuevas tecnologías y la Iglesia
Las nuevas tecnologías y la Iglesia

Los cristianos tienen que poner su talento al servicio de Cristo. Cada feligrés puede, debe, tiene que convertirse en un difusor, multiplicador de los contenidos, para los otros parroquianos y para el mundo entero.

Hoy la Iglesia tiene que utilizar las nuevas tecnologías como un arma contra la escasez de agentes pastorales, tiene que desafiar el estatus quo, fomentar el aprendizaje y ejecutar proyectos

El tiempo y el espacio, según Kant, son las formas de la sensibilidad. Las viejas generaciones y las nuevas tienen una concepción diferente del tiempo y de la realidad. Desde hace años, la publicidad, las campañas políticas ofrecen a los clientes una relación interactiva posibilitada por las nuevas tecnologías para llegar, de manera personalizada, al individuo. A cada individuo, a cada generación hay que predicarle en su lenguaje.

Personalizar es definir la forma en que la Iglesia debe de acercar la Buena Nueva a cada persona. Para saber de computación e informática no basta con ser digital nativo, eso llega para ser buen usuario, para saber hay que estudiar y emprender. Cada feligrés puede, debe, tiene que convertirse en un difusor, multiplicador de los contenidos, para los otros parroquianos y para el mundo entero.

El cristiano debe de estar atado, pegado, colado a Cristo, no a la manera de decir lo que sabe sobre él y sobre su mensaje. El papa pide a los nativos digitales que sean “influencer de Dios” como la Virgen María.

Buena parte de los líderes de los próximos años y décadas serán gentes dedicadas a las nuevas tecnologías o que hagan un uso privilegiado de ellas. Hasta no hace mucho, editoriales publicaban colecciones de estampitas, hoy tienen que publicar video juegos con contenidos evangélicos para no quedar fuera de las actividades de ocio de niños, adolescentes y adultos.

Se está operando un cambio gigantesco en la manera de enseñar y aprender que tiene un coste cognitivo. “Será importante aprender a aprender”. Todo cambio supone una crisis social, económica, política, moral y religiosa. “Estamos en la infancia de una etapa de cambios imparables” que, por la naturaleza de las cosas, tienen que repercutir en la manera de llevan el Evangelio hasta los confines del mundo”. Oponerse a los cambios y a los avances es una estupidez; la innovación tecnológica es una oportunidad, no un castigo.

Francisco con una aplicación de móvil

El mensaje, las verdades son las mismas de siempre, pero las tecnologías de hacerlos llegar a los files han cambiado. La creatividad y la imaginación son virtudes de los agentes pastorales. Hoy la Iglesia tiene que utilizar las nuevas tecnologías como un arma contra la escasez de agentes pastorales, tiene que desafiar el estatus quo, fomentar el aprendizaje y ejecutar proyectos. El futuro de la evangelización ira a la par con la robotización y la automatización, o se quedará atrás. O el Evangelio está en las revoluciones o las revoluciones no tendrán nada que ver con el Evangelio.

La revolución de la electrónica y la robótica es comparable a la que, en su momento, produjo el descubrimiento del fuego o de la rueda. Los cristianos o adaptamos la revolución digital o renunciamos a evangelizar el mundo. Gracias a las nuevas tecnologías todos tenemos acceso y mucho más en donde elegir música, libros y también religiones, credos, interpretaciones de la Biblia y maneras de pensar.

Esto no es un colapso de la religión sino una oportunidad. La enseñanza empieza a basarse en proyectos no en aprender algo terminado y cerrado, constituido. Los cristianos, empezando por los niños, deben de ser creativos en su vida y en sus enseñanzas.

Ya ha comenzado la cuarta revolución industrial, la digital. Si las mujeres no participan porque la hacen solo hombres será machista; si el evangelio no está, no será cristiana porque la tecnología está creando el camino a seguir. Si la Iglesia no se engancha, muchos cristianos creerán que están viviendo en un mundo mágico. Los humanos necesitan emociones, no las máquinas.

Todos los investigadores creen que dentro de unas décadas conviviremos con robots que mejorarán nuestra calidad de vida. La pastoral podrá servirse de la computación y la informática para resolver problemas de cantidades; quien no las utilice quedarán excluidos de muchas ventajas evidentes

Todo camina hacia una nueva sociedad y la Iglesia tiene que engancharse al carro. Así como la mayoría de jóvenes no saben que trabajo tendrán porque serán nuevos trabajos, la Iglesia no puede menos que ir inventando la manera de enseñar y de predicar el Evangelio.

La innovación tecnológica no es un castigo sino una oportunidad. La tecnología es un medio, una herramienta de un cambio metodológico, no un fin. Las nuevas tecnologías, la moda y el diseño serán herramientas indispensables para que las nuevas generaciones entiendan.

La Iglesia y los cristianos no pueden tener miedo, el miedo engendra falsos salvadores y fanatismos. Los cristianos tienen que poner su talento al servicio de Cristo. Las nuevas tecnologías podrán multiplicar la presencia de los agentes pastorales de manera insospechada hasta el momento. Quien no se enganche correrá el riesgo de ser una especie de excluido y creer que vive en un mundo mágico.

Tecnología amiga

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