La rareza de los árboles

Puesto que la rareza confiere un valor especial a las cosas, los que dictan normas sobre el rural sin conocerlo no entienden, por ejemplo, que los rurales quieran cortar algunos árboles que ni dan fruto ni sirven para madera ni embellecen nada. Para los rurales los arboles son un fruto de la naturaleza que, como otros, a veces, son un estorbo; para los urbanitas son un bien escaso, existente exclusivamente en los parques. Aunque los rurales no hagan aspavientos cuando los contemplan, admiran la magnificencia de una noche de luna y la infinitud del espacio, la rotundidad de una montaña y la magnificencia de un castaño o un roble centenario. Los rurales conservan las costumbres y los gustos porque esperan que el mañana les traiga lo que les ha dado el hoy y porque la satisfacción instantánea y moderada les dan la fortaleza suficiente para sobrellevar el sufrimiento con paciencia.
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