Los recuerdos

Recuerdos, memoria

Eternos compañeros de viaje, los recuerdos ondean en el atardecer como el ropaje de los ahogados en la playa y rebotan en nuestra memoria como nuestros pasos sobre las piedras de la calzada. Colgados al cuello, llevamos recuerdos dulces, placeres clandestinos, y amargos, rodeados de tinieblas hediondas; experiencias enriquecedoras, nidos de primavera, y otras, con raíces en lo hondo del miedo que agrian viejas ilusiones, que nos han arrancado un puñado de plumas que, sobre caminos de luz, pueden trazar caminos de cenizas. La vida, alcancía en donde guardamos lo que fuimos y lo que, en sueños, seremos, es como un precipitado de pequeños y grandes misterios, de pacíficas y violentas melodías. ¡Qué sueños de profunda inmensidad! La luz del día desbarata las sombras de la noche, aunque por dentro, a veces, ésstas nos dejen hechos un mar de lodo y acorralados.

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