Ayer acompañé a alguien a hacerse una resonancia a la Residencia de Ourense. Nos llamaron media hora antes de lo previsto porque alguien no había acudido a la cita. “Ni vinieron ni llamaron para decir que no vendrían. En su lugar hubiéramos llamado a otros que están en lista de espera”. La atención fue exquisita, hasta nos dieron las gracias por haber llegado antes de la hora prevista. Lo comenté hoy tomando café y alguien dijo: “Esos que ni van ni llaman por teléfono para decir que no van a ir son los que luego despotrican con más virulencia contra la Seguridad Social. Sé de un caso que se presentó tres días después de estar citado y armó un cristo porque no pudieron atenderlo en el momento”. “El Gobierno deberá haber recortado el número de diputados, suprimido en Senado y otra instituciones antes que recortar el presupuesto de Sanidad pero hay ciudadanos que se las traen”, dijo otro.