Los vecinos de Friol y Guitiriz lleva cuatro meses concentrándose contra el traslado del párroco Marcos Lage: "A Carrasco Rouco le pediría que nos escuche, que nos mire a la cara, que somos gente de bien"

(Jesús Bastante).- Este domingo, se celebró la 15 manifestación de fieles en contra del traslado del párroco de Friol y Guitiriz. Más de cuatro meses de movilizaciones, que han llevado a sus responsables a entregar al mismísimo Papa sus quejas, durante la visita a Fátima. Marcos Lage es uno de los miembros de la plataforma, que no tiene visos de cejar en su pugna con el obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco.

Nuestros lectores conocen someramente vuestra iniciativa porque, aunque se está tratando de una manera algo espectacular, tiene una base profunda sobre lo que significa ser Iglesia. Estamos hablando del traslado del párroco de Friol y Guitiriz, don José Ramón Pérez García, no solo sin la consulta con el pueblo, sino con unos procedimientos que dejan mucho que desear. Cuéntanos, un poco, qué sucedió y cómo conseguís que, en una Iglesia aparentemente tan pasiva como es la de los laicos españoles, llevéis ya 15 concentraciones concentraciones para exigir la vuelta de vuestro párroco.

Sí, ayer fue la 15 concentración. Hay que decir que esto sucede, más o menos a finales de enero, cuando nos comunican que nuestro párroco, don José Ramón Pérez García, va a ser trasladado a unas parroquias al sur del provincia.

Estamos hablando de la diócesis de Lugo.

Así es. La Provincia de Lugo tiene dos diócesis; una es la de Lugo y la otra es la Mondoñedo-Ferrol, que es la parte norte.

Una vez que nosotros conocemos el caso, iniciamos una serie de acciones para tratar de evitar que nuestro párroco sea desplazado a estas parroquias del sur de la provincia. Lo primero que hacemos es contactar con nuestro máximo representante, que es el alcalde y que como tal, y también como feligrés, se dirija a la institución del obispado de Lugo.

Al obispo, que es Alfonso Carrasco Rouco.

Sí. Entonces, tienen una entrevista que termina, un poco, como el "rosario de la aurora" por la negativa a aceptar ningún tipo de sugerencia ni de diálogo sobre este traslado.

Vamos a aclarar, primero, que no es cuestión de que por vuestra voluntad se tenga que quedar el párroco. Que si el párroco se tuviera que ir por las razones que el obispo estimara convenientes y se explicasen bien, no habría ningún problema. Y que a pesar de que no os gustaría, lo aceptaríais.

Sí. Cuando es una decisión que se puede entender; que el párroco es trasladado a unas parroquias donde puede haber un problema de fe, de pastoral, de asistencia a las iglesias, etc. Pero cuando es una imposición en toda regla, desde luego que no lo entendemos. Y sobre todo, no lo entiende la gente mayor. Nos estamos moviendo porque ellos nos lo piden.

Hablábamos antes de que en las manifestaciones hay gente de mucha edad, con problemas físicos, que está acudiendo semana a semana para manifestar su disgusto.

Se puede ver en las fotos y en los vídeos que están publicados, en vuestro medio y en otros, cómo hay gente de setenta, ochenta y noventa años, que son los que realmente nos piden que continuemos con esto. Porque no hay derecho.

La labor que desarrollaba don Ramón, precisamente, estaba muy volcada con la gente mayor, que realmente es la que necesita ayuda.

Tengo que decir que nuestro párroco es un hombre que hace una labor social encomiable difícil de superar; ayuda a la gente mayor, a los enfermos, a los que están desamparados, a los desfavorecidos, y a muchísimos peregrinos que hacen el tramo del Camino.

Porque el Camino de Santiago pasa por ahí, por Friol y Guitiriz.

Sí, y hay muchas asociaciones de peregrinos que se han manifestado a favor, porque él ha dado cobijo y ha comprado mantas en ciertas épocas de mucha aglomeración de peregrinos. O sea, que desarrolla la labor que se supone debe desempeñar un párroco: una labor social y de ayuda a la gente.

El párroco, en principio, emitió un comunicado manifestando que estaba en desacuerdo con la decisión, al día siguiente hay un contra-comunicado, y ahora ha presentado su renuncia al nuevo destino. ¿Cómo está él y hasta qué punto podéis decir si está de acuerdo con vuestras acciones?

Él está recibiendo una serie de presiones que le han ocasionado estrés, por lo que tiene la tensión alta. Está pasando por un momento realmente delicado porque la presión es mucha. Pero está muy enganchado a nosotros y a todo pueblo, porque la cantidad de gente que le apoya por otras vías, aunque no vaya a las manifestaciones, es mucha. Se siente muy identificado con nosotros y con el pueblo.

En todo esto, el vicario general ha tenido un papel bastante relevante, incluso, ha acusado a la gente que os manifestáis de que no vais a misa, que estáis sacando todo esto de quicio, etc. Vosotros le habéis acusado de mentir y habéis aportado, además, determinadas pruebas que se han publicado aquí, en Religión Digital. ¿Tiene algún tipo de solución, esto?

La solución es fácil: devolver a don Ramón a donde estaba y problema resuelto.

Nosotros hemos hablado con la gente del obispado y no nos importaría sacar un comunicado pidiendo disculpas y alabando que seamos escuchados, que realmente es lo que queremos. Alabaríamos que el obispo revocara su decisión, lo haríamos en cualquiera de las iglesias y en la prensa. La cuestión es, que si lo hacen se sienta un precedente. Y éste es un problema añadido para la diócesis.

También, hay que decir que sentar un precedente no es nada grave: las palabras que propugna el papa Francisco van precisamente en ese camino; el de adaptarnos a los nuevos tiempos. Igual que vamos con un teléfono de nueva generación desde el que podemos hablar y ver a alguien que está en Australia.

En ese caso, y estando circunscrito a la diócesis de Lugo, es un problema tan viejo como la propia Iglesia, el de la participación de los laicos en las decisiones que les afectan, y no en esa separación entre jerarquía y pueblo, que carece de sentido y que, además, el Papa está denunciando también. Cuál ha sido la relación con el obispo en todo esto: ¿hay algo detrás? ¿Por qué pensáis que actúa como lo está haciendo?

Tenemos alguna sospecha de por qué está actuando así. Pero hemos tenido una reunión con el señor obispo después de pedirlo tres veces y, hasta que se la dio a una persona en mano no accedió a darnos una reunión. Por cierto que él quería que esta reunión durara quince minutos, pero duró casi dos horas. Durante todo este tiempo, no esgrimió una razón de peso para hacer el cambio, solo un argumento de movimiento de párrocos que siempre se había hecho y que era necesario, porque la diócesis era muy grande.

Nosotros no nos estamos negando a que tenga que hacer un movimiento de párrocos, pero que sea un movimiento con fundamento. Y no pretendemos a decirle a nadie cómo tiene que gobernar su casa. Pero, si la Iglesia "somos todos", también tendrá que contar con la gente. Porque, si somos los mismos que vamos a escuchar misa, los que vamos a ayudar a mantener la iglesia, también tenemos que ser escuchados.

Hay una cosa que es bastante clara: cuando vamos a la iglesia estamos en silencio. Por educación, por respeto y porque es lo que se debe de hacer: "escuchamos". Pues también queremos que esas personas que están detrás de la Iglesia nos escuchen a nosotros. No pedimos otra cosa.

De entrada, puede que sea malo dar marcha atrás y revocar una decisión, pero, a larga, es bueno porque si tú te equivocas y rectificas, significa que eres una persona sabia. Y esto no lo digo yo, es la realidad de las cosas.

Qué les decís a los eclesiásticos que os han acusado, a los que estabais allí cada domingo, de no ser gente de la Iglesia sino de estar detrás de otro tipo de intereses; políticos, económicos..., de otra índole más allá de ser miembros fieles del pueblo de Dios.

Que me gustaría que toda esa gente que nos acusa viniera a una manifestación y que nos viera; somos gente católica, practicante, bautizada, con la comunión hecha, confirmada, muchos casados con hijos bautizados, y gente que practicamos y ayudamos a mantener las iglesias.

Me hacen mucha gracia las palabras del vicario general cuando nos acusa de ser grupos no practicantes. Le invito a que venga y nos vea: se va a enfrentar con la realidad.

A lo mejor ahora, por los hechos, tiene parte de razón, ya que no podéis practicar la eucaristía dado que no hay cura en Friol y Guitiriz.

Bueno, en nuestra parroquia no tenemos cura, pero sí hemos asistido a las misas de don Ramón. No nos puede acusar de eso porque somos todos gente católica, practicante y que además, repito, ayudamos a mantener las iglesias.

A lo mejor, lo que molesta es, que gente normal, como somos nosotros, hayan iniciado este movimiento. Es lo que duele, porque si realmente fuéramos un grupo político o no practicante, entonces, ¿qué interés tendríamos?. Eso hay que decirlo: no tendría sentido.

Pero nosotros somos gente que creemos en la Iglesia. Y en una Iglesia abierta y dialogante. Una Iglesia que seamos todos, no solamente la parte del clero.

Vamos a suponer que Alfonso Carrasco Rouco no da marca atrás en su decisión. ¿Qué acciones más podéis seguir haciendo? ¿Ir a Roma, ir a Nunciatura, mantener estas concentraciones?

Queremos ser escuchados y, de hecho, hemos dado varias opciones al obispo para que diera marcha atrás en esto, y no llegar más lejos. Pero, desde luego que sí vamos a entablar contactos con la Nunciatura y con el Vaticano. Incluso, hicimos las gestiones para que el Papa, en su visita a Fátima, en Portugal, nos recibiera y se llevara nuestro mensaje.

Sabemos que es muy difícil. Pero la palabra que propugna el Papa creo que coincide con lo que estamos pidiendo: debemos ser escuchados.

¿Qué le dirías ahora, si tuvieras frente a frente, ahora mismo, al obispo de Lugo?

Le diría que nos escuche. Que nos mire a la cara. Que vea que somos gente de bien, gente católica, que vamos a la iglesia, que practicamos. Que a veces cometemos errores, pero los errores hay que subsanarlos. Y que nosotros no vamos a guardar rencor a nadie. Que, simplemente, rectificar es de sabios. Que rectificando una decisión equivocada, ganas muchos más adeptos, y quedas como realmente tiene que quedar una persona que está representando a una institución como es la Iglesia. En este caso, la diócesis de Lugo.

¿Confiáis en que se pueda alcanzar una solución, o sois pesimistas-realistas?

Confiamos, pero tenemos la situación de que una de las partes queremos llegar a un acuerdo pero la otra parte está enrocada.

Aún así, confiamos en que pueda revocar su decisión y de que nos escuche. De que que escuche al pueblo, no a dos o tres personas. Que venga a una manifestación y que lo vea.

Marcos, ha sido un placer. Ojalá podáis conseguir lo que pretendéis. Gracias por contarlo y también por, desde vuestra postura, intentar participar en la construcción de la Iglesia.
Desde aquí, hacemos un llamado a las dos partes para que se pongan de acuerdo. Y un saludo a don Ramón, que es uno de los grandes afectados de esto y hemos hablado poco de él. Espero que se encuentre bien.

Gracias a vosotros, da gusto venir a un sitio como el vuestro.

Volver arriba