Benedicto, la paz, la vergüenza, la verdad y la libertad (Ejemplo de iglesias/Iglesia en Cibeles)

"Que nada ni nadie os quite la paz. No os avergoncéis de Cristo", dijo ayer el Papa, en su primer discurso nada más aterrizar en Barajas. Benedicto XVI se ha encontrado con una juventud alegre, ansiosa por verle, tocarle, escucharle, con todos los riesgos que eso plantea para una verdadera pastoral juvenil. Pero ayer no era día de reproches, sino de contemplar, con asombro y felicidad, la panoplia de colores, canciones y sonrisas. Los rostros del Papa y de Rouco parecían un pequeño espejo de lo que contemplaban sus ojos.

Los mensajes del Pontífice, ya los hemos señalado convenientemente en RD, han sido tranquilos y propositivos, con un llamamiento al respeto de las legítimas opciones y un importante recordatorio: "La verdad puede ser acogida solo en un clima de libertad. La verdad no puede imponerse. La verdad busca de por sí el dialogo: escuchar y entender al otro". A eso es a lo que debiéramos ir todos, sin avergonzarnos de nuestra fe ni pecar de falta de paz. Y tratando de escuchar y entender al otro.

Esa "hoja de ruta" planteada por Benedicto XVI me parece vital para seguir caminando por este mundo donde, desde dentro y desde fuera, intentar seguir siendo seguidor de Jesús, y serlo sin la necesidad de estar enfadado o encendiendo hogueras, se hace cada vez más difícil. Aunque, viendo el crisol de iglesias, de Iglesia, que contemplamos ayer en Cibeles, aún queda espacio para la esperanza. Y sólo por eso, el viaje de Benedicto XVI podría ser un éxito rotundo.

baronrampante@hotmail.es
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