El espectáculo de la fe hecha vida

Confieso -y así lo he escrito en alguna ocasión- que la celebración de un Via Crucis en pleno mes de agosto, en Madrid, para jóvenes de todo el mundo, me parecía una frikada de la organización de la JMJ. Pensaba que iba a ser un refrito, una mezcla imposible de aliñar, y que iba a chirriar por todas partes. Con profunda alegría, reconozco que me equivoqué. El Via Crucis de ayer tarde, y la posterior "madrugá" por el centro de Madrid, fueron dos ejemplos espectaculares de fe y de gracia. Incluso desde un punto de vista pastoral, los textos fueron memorables, y recogieron los sufrimientos de todos los empobrecidos de la Tierra, desde las víctimas de desastres naturales a los enfermos de sida, los pobres, los abortados o las víctimas de abusos sexuales. "No paséis de largo ante el sufrimiento humano", dijo el Papa, que antes, en su reunión-despedida con Zapatero, había abordado la crisis humanitaria en el Cuerno de África.

Tras el Via Crucis, lo nunca visto en el centro de Madrid en el ferragosto. Una "madrugá" al más puro estilo sevillano, seguida con sencillez y devoción, y sin apenas conflictos con los "indignados". Incluso, algunos de ellos, debatieron en Sol con miembros de la JMJ. Y es que la fe puede acabar haciendo milagros. Lo dicho, que en pocas ocasiones he estado tan contento de haberme equivocado. Felicidades a los organizadores del Via Crucis, y al Papa, por estar tan bien en él.

baronrampante@hotmail.es
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