Tus talentos

El Evangelio de hoy nos relata la parábola de los talentos, y de la necesidad de hacer rendir nuestras potencialidades, nuestras posibilidades, en el lugar en el que se nos ha puesto y con todas las fuerzas de las que seamos capaces. La parábola de los talentos nos iguala a todos, creyentes y no creyentes, papas, reyes, obispos y "soldados rasos". Los talentos son distintos, pero la responsabilidad para hacerlos crecer, cuidarlos y mostrarlos al mundo es la misma para todos, desde el Papa hasta un servidor. Dios nos quiere igual, nos ayuda y nos protege.

Éste es el momento de volver a recordarte, a tí que ya no estás, que Dios te ha dado, me ha dado, nos ha dado, unos talentos para esta vida. Que nos ha colocado en un rincón y tiene un propósito para nuestra vida. Y nos ha dado la libertad para hacer florecer, o enterrar, esos talentos en nuestro corazón, pleno de vida o de piedra.

Hoy es siempre todavía, siempre es tiempo para hacer brotar los talentos... y de ellos vivir, y hacer surgir vida. La parábola de los talentos, pese a lo que algunos puedan pensar por su final, es un canto a la esperanza. Mientras estés vivo, tus talentos, esos que Dios te ha dado, me ha dado, nos ha dado, siguen vivos. Y están deseando multiplicarse. Piénsalo.

baronrampante@hotmail.es
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