A vueltas con lo religioso, re-evangelización de Madrid (A. Revilla)

RD, 6.11.17 acaba de publicar una sustancionsa entrevista que Avelino Revilla, vicario general de la Diócesis de Madrid, ha concedido a E.Ortega. En ella destaca tres tareas esenciales de la Iglesia:

-- Gestionar la multi-culturalidad, entendida como un valor un reto.
-- Mostrar que la Fe y la Razón no son contradictorias, pues hunden sus raíces en el mismo Dios.
-- Responder al cambio de época, pues no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época

Esa entrevista me ha llevado a actualizar el recuerdo "académico" de la obra de A. Revilla, pues formé parte del tribunal de su tesis, en diciembre del año 2000 (publicada en el libro de la imagen). Por eso tuve que leer con profesionalidad su obra, y lo hice además con pasión, por el tema y contenido de la obra.

Supe ya entonces (o al menos presentí) que su autor sería (como es ya) un hombre para el diálogo de la Iglesia con la vida social y la cultura, representada con los cuatro filósofos que él estudiaba en su obra, y que ahora (tras 17 años) siguen formando parte de la élite intelectual de España.



Con este motivo quiero retomar su pensamiento, resumiendo el tema de su trabajo antiguo (tan actual hoy como entonces), y enviándole un saludo desde este rincón de la vera del Tormes, hasta su despacho delarzobispado de Madrid, junto al Card. Arzobispo, Mons. Carlos Osoro, a quien quiero extender también mi saludo y buen deseo

En ese contexto ofreceré al final una breve reflexión sobre la tarea más urgente de la Iglesia, que no consiste ya en una simple nueva evangelización (con más ardor, con métodos nuevo etc.), sino en una re-evangelización.

Ciertamente, en nuestra cultura sigue habiendo mil signos de evangelio, pero en sentido estricto, gran parte de ella ha dejado de ser cristiana. Se trata, pues, de volver a la raíz del evangelio de Jesús, en diálogo con la cultura, pero, sobre todo, con la vida (y falta de vida) de nuestro mundo multiforme.

Así parece indicarlo ya la imagen del libro de Revilla, donde vemos a Israel/Jacob, luchando con Dios en el vado del Río Yabok, ante las puertas de la tierra prometida.



REVILLA 1. A VUELTAS CON LO RELIGIOSO, AÑ0 2000

Ese era el título de la tesis y de la obra después pueblicada: Avelino Revilla, A vueltas con lo religioso: Un diálogo teológico con Javier Sádaba, Fernando Savater, Victoria Camps, Eugenio Trías (Universidad Pontificia, Salamanca 2001, 496 págs. gran formato).

Esta obra recoge y valora desde una perspectiva teológica el pensamiento de cuatro filósofos significativos, pertenecientes a lo que se llamó en su tiempo (años setenta y ochenta del pasado siglo) el grupo de filósofos jóvenes, que se han convertido después en representantes de un tipo en pensamiento establecido de España, al comienzo del siglo XXI.

Tienen un común la edad: nacieron en el década de los cuarenta del siglo pasado y llegaron hacia año 2000 a su madurez intelectual, de modo que A. Revilla pudo ofrecer ya entonces una visión de conjunto de sus obras, partiendo de su preocupación por lo religioso, desde una perspectiva no confesional y prácticamente atea, que coincide con el cambio político y social que se dio en España en aquellos años (la obra básica de estos autores va del 1975 al 2000).

El diálogo con ellos resulta importante para conocer el sentido de religión e iglesia dentro del pensamiento español de la actualidad. Por eso, esta obra nos parece laudable: muy documentada, con buena bibliografía, escrita con un orden escolar muy preciso. Consta de dos partes. Una de exposición, donde se recoge de forma cronológica y temática el pensamiento de los cuatro autores. Otra de valoración o diálogo, en la que se recrea y sitúa críticamente su pensamiento, desde una perspectiva teológica.

Exposición

La obra recoge de manera minuciosa y neutral, siempre con cierta simpatía el pensamiento de los cuatro autores. Su exposición está muy bien articulada, de forma cronológica y temática, de manera que nos permite seguir con precisión y nitidez su búsqueda filosófica y su visión religiosa.

Sádaba está más vinculado a la filosofía analítica; en ese fondo se sitúa su rechazo de un conocimiento positivo de Dios; su misma forma de interpretar lenguaje y conocimiento, partiendo de una lectura completa de Wittgenstein (tanto del 1º como del 2º) le impiden aceptar de manera temática los contenidos de la religión y especialmente de la teología.

La postura de Savater resulta más directamente anticristiana (antiteológica, anticlerical), pues no rechaza sólo el conocimiento de Dios, sino los contenidos concretos del teísmo, vinculados a un tipo de fe en la transcendencia; desde ese fondo puede entenderse su “paganismo” o su piedad religiosa atea, como opuesta a la fe confesional teísta de las religiones tradicionales.

V. Camps ha empezado estudiando algunos movimientos cristianos (como la teología de la muerte de Dios), para terminar disolviendo la religión en una ética de compromiso social, en línea de comunicación; eso significa que el tiempo de la religión habría terminado; los valores que ella había transmitido han quedado asumidos por la ética.

Finalmente, Trías ha elaborado una visión general de la religión entendida como despliegue del espíritu; para ello se ha situado en el límite del pensamiento y de la experiencia, esforzándose para pensar lo que está más allá de ese límite, es decir, la religión; desde ese fondo ha elaborado un esquema general del despliegue humano.

Valoración

El autor se sitúa ante cada uno de los autores, para interpretar sus aportaciones desde una perspectiva teológica y eclesial, precisando en cada caso su juicio.

Frente al agnosticismo de Sádaba, el autor pone de relieve el carácter básicamente comprensivo de la revelación cristiana, que abre un tipo de conocimiento propio, más allá de la pura naturaleza cósmica y de la ciencia positiva; sólo desde esa perspectiva de comprensión religiosa se hace justicia al cristianismo.

Frente al egoísmo piadoso de Savater, que entiende al otro como elemento importante para mi propio despliegue y gozo, el autor propone un modelo de amor gratuito de Dios, que desborda el plano de la pura individualidad y de la relación temporal, entre personas mortales, para destacar la raíz de transcendencia del encuentro humano.

En relación a V. Camps, el autor ha destacado el "plus" de sentido de la revelación religiosa y de la teología, poniendo de relieve la dimensión de ultimidad teológica del compromiso cristiano en favor de los demás.

Finalmente, en diálogo con E. Trías, el autor insiste en el carácter histórico de la revelación cristiana, que no es un simple momento del despliegue del espíritu, sino don gratuito de Dios, centrado en el acontecimiento de Jesús; el cristianismo no es un tipo de transfondo sacral gnóstico, que puede integrarse en el resto de las religiones, sino revelación histórica del Dios trinitario.

Conclusión

Esta obra es valiosa porque ofrece un intento de comprensión y diálogo con estos representantes de la nueva filosofía española. Habíamos pasado, en el comienzo del siglo XXI, de una iglesia de cristiandad, con una filosofía de corte casi confesional (y tomista), a una situación de enfrentamiento, donde la vida intelectual más influyente se mostraba no sólo atea o agnóstica (despreocupada de Dios) sino contrario al mismo cristianismo.

No se trataba ya de un anticlericalismo de tipo básicamente cristiano, sino de una oposición a valores y posturas que parecían configurar el pensamiento hispano anterior, casi mil años de cristianismo militante, que había llegado a su momento álgido con la dictadura militar e intelectual franquista.

Ciertamente, estos cuatro autores no representaban todo el pensamiento hispano de aquel momento (ni del momento actual), pero eran muy significativos, como mostraba el libro de Revilla, un trabajo extenso, enciclopédico y muy concreto, al mismo tiempo.

La obra podía haberse ampliado, comparando la situación del año 2000 con la del momento central de la transición (de los años setenta), marcada por la pervivencia de una tradición escolástica y por la irrupción de un tipo de utopía y análisis marxista de la historia.

Significativamente, a finales del siglo pasado, el marxismo había desparecido prácticamente del panorama filosófico español. Así lo muestra esta obra que, ciertamente, no era definitiva, pero que ofrecía el mejor análisis de la situación intelectual de España, a partir de cuatro pensadores muy significativos.

REVILLA 2. LA TAREA DE LA RE-EVANGELIZACIÓN

Desde hace 2 años (2015), tras haberse ocupado del área de la educación, Avelino Revilla es Vicario General de la Diócesis de Madrid, siendo así con el Card. Carlos Osoro el máximo representante y responsable de la Iglesia de la capital de España, algo que (en sentido pastoral) es más importante que un "obispado" de provincias.

Como ponía de relieve la entrevista de RD, Revilla es un hombre cercano y dialogante. Es, además, un hombre que apuesta por la educación y por el "apostolado" cultural, según las propuestas que ya he puesto de relieve:
Gestionar la multi-culturalidad, mostrar que la Fe y la Razón no son contradictorias y responder al cambio de época, en la línea de la apuesta del Vaticano II, referente a los signos de los tiempos.

Cierta iglesia anterior parecía haber ignorado los signos de los tiempos, como si las tareas y problemas siguieran siendo los mismos de la etapa preconciliar, propia de tiempos de cristiandad, con métodos de "dominio" religioso, más que siembra y diálogo.

Como he dicho he dicho en el título de esta postal (y en una reflexión anterior) que han pasado los tiempos de una "nueva evangelización", que consistía en un nuevo ardor, para mantener así vivo lo antiguo. He llegado el tiempo de la re-evangelización, que significa "volver a evangelizar" allí donde el evangelio ha dejado de ser significativo.

Eso lo sabe Revilla por su tesis "a vueltas con lo religioso", que podía haberse titulado adiós al cristianismo. Como buen notario del cambio de los tiempo, Revilla había mostrado ya, hace 17 años, ante un tribunal de tesis, que el tiempo del Cristianismo Nacional había terminado.

Ciertamente, no todo en España era Sádaba y Savater, Camps y Trías..., pues había junto a ellos un ancho espacio de tradiciones y compromisos religiosos y sociales de tipo "cristiano". Pero, en conjunto, el pensamiento cristiano había dejado de ser "evangélico" en el sentido radical de la palabra.

Por eso es bueno que Revilla comience confesando que hay que tomar nota de la multi-culturalidad, que en parte es multi-religiosidad... y en parte es confrontación y diálogo entre lo religioso y lo no religioso, lo cristiano y lo no cristiano. Esta situación no es buena ni es mala, simplemente "es" (es lo que hay, es lo que somos).

Algunos, en las altas jerarquías de la Iglesia, no lo habían advertido (o quizá mejor: no querían advertirlo). Revilla, en cambio, lo sabe bien y lo admite, apostando por aceptar la multiculturalidad, optando por el diálogo de la re y la razón (razón filosófica y religiosa, económica y social), reconociendo que estamos en un cambio de época, que requiere saberes y compromisos nuevos.

En ese sentido he hablado de la re-evangelización, es decir, de la exigencia de ofrecer un testimonio de evangelio en un mundo donde parece apagarse un tipo de evangelio (al menos en clave institucional)... De una re-evangelización sin miedo, sin complejos, volviendo a lo esencial, que sigue siendo el hecho de que los hombres y mujeres coman (evangelizar a los pobres) y que puedan ser hermanos (que compartan en igualdad el camino de la vida, como hijos de Dios Padre, en Jesucristo).

Ha llegado el momento de re-evangelizar, en un España convertida en "país de misión". Esta es la apuesta que A. Revilla ha tenido que asumir, al aceptar la tarea de Vicario de la Diócesis de Madrid, para la que le deseo aquí el mayor acierto, la mayor felicidad. Fue sobresaliente su tesis sobre los filósofos españoles y la religión. Deseo y espero que sea sobresaliente su tarea de re-evangelizar, desde Madrid.
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