La Iglesia de Madrid lanza una 'Guía para la acogida eclesial' de las personas con discapacidad Una Iglesia sin barreras, una Iglesia de Jesús

La Iglesia de Madrid lanza una 'Guía para la acogida eclesial' de las personas con discapacidad
La Iglesia de Madrid lanza una 'Guía para la acogida eclesial' de las personas con discapacidad

Alberto Horcajo: “A mi hijo le da miedo ir a la iglesia porque grita, da voces, la gente puede sentirse molesta, por desconocimiento (…). No permitir que tu hijo esté en misa es muy doloroso”

Cardenal Osoro: "Cada día estoy más convencido de que las capacidades diferentes nos enriquecen a todos, no pueden tomarse como un estorbo"

El Arzobispado de Madrid y la Fundación SM llevan a término una ambiciosa iniciativa por la inclusión en la Iglesia. Descárgala aquí:

Dice el Evangelio que serán los pobres quienes entrarán primero en el Reino de los Cielos. Los ciegos, los sordos, los falsamente llamados 'discapacitados'... los auténticos herederos de Jesús. Pero... ¿cuál es el lugar, hoy, de estas personas en la Iglesia? “A mi hijo no querían dejarle hacer la comunión, a veces el párroco nos pide que salga de la misa porque le distrae”. El lamento de Alberto Horcajo, padre de Víctor, resume una cruel realidad. Y también un desafío global: apostar, a todos los niveles, por una cultura del encuentro.

La lucha por una Iglesia accesible, no sólo eliminando las barreras físicas, sino también, y especialmente, a las invisibles, las que impiden la plena participación de las personas con capacidades especiales en la vida de la Iglesia. Este es el objetivo de 'La personas con discapacidad y su lugar en la Iglesia', una guía para la acogida eclesial elaborada por el Arzobispado de Madrid, con la colaboración de la Fundación SM, y que esta tarde presentó en la sede de la Curia el cardenal Osoro.

“Esto es algo por lo que llevábamos luchando durante años”, nos cuenta Mariano Fresnillo (FRATER), sentado a la izquierda del cardenal junto a su perro-guía Elko. “En la Iglesia faltaba esto. Somos testigos de fe, evangelizadores, a todos los niveles”, reivindicó, pidiendo “mirar a la persona, llamarla por su nombre, naturalidad”. Porque “eliminar las barreras físicas es más fácil de lo que parece”, siempre que haya buena voluntad por parte de todos.

Mi hijo es un alma pura, es un alma de Dios”

Alberto Horcajo, padre de un niño con discapacidad, contó su experiencia de vida y de fe. “A mi hijo le da miedo ir a la iglesia porque grita, da voces, la gente puede sentirse molesta, por desconocimiento. Es necesario que se mire con otros ojos a estos niños, que ya de por sí tienen, tenemos, una vida muy complicada”.

En el caso de Víctor, su hijo, se llegó a poner en duda que estuviera capacitado para recibir la comunión. “Es un alma pura, es un alma de Dios”, lamentó, recordando cómo, en ocasiones, el sacerdote les ha invitado a salir de la parroquia porque le molestaba. “No permitir que tu hijo esté en misa es muy doloroso”, denunció.

Por su parte, una de las responsables de esta guía, Virginia Calderón (CECO), señaló que “todos queremos ser evangelizadores. Se nos convocó con la idea de ver qué problemas tenemos para acceder a nuestra Iglesia, con la idea de ver qué problemas veíamos, y qué soluciones podíamos dar”.

Un momento de la presentación de la Guía

¿Qué es una discapacidad?

Javier Palop, en representación de la Fundación SM, subrayó que “en nuestra sociedad es necesario aumentar nuestra capacidad de comprender, atender e integrar la diversidad, pero no sólo las capacidades de esta guía, sino en sentido más amplio. Porque los que nos llamamos 'capacitados' vamos 'discapacitándonos' cada vez más”.

“La diversidad es una realidad humana, y es muy importante que seamos capaces de generar sensibilidad, en aquello que transmitimos a nuestro alrededor”, destacó Palop.

El cardenal Osoro, visiblemente emocionado, contó su experiencia personal con un chaval de “especial sensibilidad, Tomás Castillo, quien defendió la ley de discapacidad en el Congreso”. “Todos, en algún momento de nuestra vida, sentimos una capacidad diferente”, confesó el arzobispo de Madrid.

Nadie puede ser descartado o excluido. Hay que generar una cultura de la inclusión”, enfatizó Osoro. “Cada día estoy más convencido de que las capacidades diferentes nos enriquecen a todos, no pueden tomarse como un estorbo”.

"En estas personas, yo tengo que buscarle a él, y a Él. Para generar una existencia e inclusión", declaró Osoro, quien ha hecho esta apuesta "por entender a la persona desde la visión de la fe, entonces sí que entendemos lo que es hablar de capacidades diferentes, y vemos el reflejo de Dios en esa persona". "Yo sé que esto no es rentable, pero desde el punto de vista de la Iglesia, es la única manera de actuar", concluyó.

Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre

“Todas las personas tenemos capacidades diferentes”, señalaba un vídeo de presentación, que instaba a un mayor compromiso para descubrir las necesidades y apuntaba a cinco tipos de 'discapacidad'. Siempre, sobre la base del encuentro con la persona con discapacidad intelectual, visual o física. “Lo más importante es llamar a cada uno por su nombre. Dios nos llama a cada uno por nuestro nombre, debemos acercarnos sin ideas preconcebidas”.

Porque estas personas, no lo olvidemos nunca, “son miembros plenos de la Iglesia con sus necesidades espirituales, y por eso debemos facilitarles el acceso a los sacramentos, adaptar la catequesis y adoptar una actitud proactiva”. Mantener siempre el contacto visual, acabar con las barreras arquitectónicas, fomentar -en el caso de personas ciegas- el sistema braille y dispositivos electrónicos. O fomentar el voluntariado en lenguaje de signos.

En definitiva, puro Evangelio: ¿Dónde te encontramos Señor? Allí donde se encuentre cada uno de nuestros hermanos, con las discapacidades que cada uno podemos tener. También, las de los prejuicios y la falsa moral. Un gran paso el dado hoy por la Iglesia de Madrid. Que tenga continuidad en toda España.

Guía para las personas con discapacidad en la Iglesia

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