El coordinador de Repara asegura que investigarán casos prescritos Miguel García Baró: "Vamos a hacer todo lo que sea preciso para que las víctimas rehagan sus vidas"

Miguel García Baró, coordinador de Repara
Miguel García Baró, coordinador de Repara Archimadrid

"El cardenal me ha dado absoluta libertad. Si en un caso hay que exigir una reparación económica, se exigirá, sin ningún problema"

"Ofreceremos a la víctima todo el acompañamiento, del tipo que sea, que necesite: jurídico, espiritual, canónico..."

"Procuraremos que las víctimas no vayan a a tener nunca la sensación de que la Iglesia quiere autodefenderse. Parece que no se ha hecho lo que se debía"

"Vamos a hacer todo lo que sea preciso para que las víctimas de abusos rehagan su vida y, si es posible, su relación con la Iglesia". Miguel García Baró es el coordinador de Repara, el organismo creado por la Iglesia de Madrid para ofrecer una atención global a las víctimas de abusos sexuales, de poder y de conciencia, ocurridos tanto en la Iglesia católica como en otros ámbitos.

En conversación con RD, este profesor de Comillas, laico convencido ("no pertenezco a ningún movimiento ni congregación, soy un cristiano de a pie") se declaró "sorprendido y encantado" con su nueva responsabilidad, que aceptó tras una conversación con el cardenal Osoro. El arzobispo de Madrid, asegura Baró, "me ha dado absoluta libertad, y la vamos a ejercer".

¿Cómo afronta este trabajo? ¿Qué hará Repara?

Lo afronto con gran esperanza, ilusión y alegría. Fue inesperado que el cardenal me hiciera este encargo. Hay que aprovechar más a los laicos. Por absoluta sorpresa el cardenal me convocó un día, y no tuve ni que pensarlo. Ademas, al lado estarán José Cobo, José Luis Segovia o Santos Montoya, que están ciertamente implicados en la cuestión. Buscamos juristas, canonistas y civiles, para que las víctimas puedan recurrir a servicios ajenos a la diócesis; gabinetes de psicólogos; recurrimos a expertos en escucha, psicólogos y psiquiatras, también al Centro San Camilo... la primera acogida tiene que ser a través de ellos. Ofreceremos a la víctima todo el acompañamiento, del tipo que sea, que necesite: jurídico, espiritual, canónico...

Repara

También montaremos un equipo de formación para agentes de pastoral, educativos... Queremos que haya un 'sello Repara'. Y trabajaremos para reforzar la preparación, parroquias, scouts.... Esto mira hacia el futuro, no sé qué pasará con el pasado. Por eso lo abrimos para todo el mundo, no solo para los casos canónicos.

¿Qué se ha hecho mal durante este tiempo, y en qué se puede mejorar?

Hay que contar con las víctimas. Queremos que la gente pueda confiar en nosotros. Si no es transparente, sincero, no tiene sentido hacerlo. Procuraremos que las víctimas no vayan a a tener nunca la sensación de que la Iglesia quiere autodefenderse.

Algo que ha sucedido demasiados años...

Sí. Parece que no se ha hecho lo que se debía. En la Iglesia tenemos que mejorar la formación afectiva, sexual, antropológica... Tenemos que favorecer una comprensión del ministerio, que nadie tenga la tentación de abusar del poder. Porque los abusos sexuales tienen su fuente en los abusos de poder y de conciencia. Si esto ha surgido, es porque ha habido defectos en la formación, además de los delitos personales.

Hablan de reparar a las víctimas. ¿Se plantean la reparación económica?

Lo tenemos que ver caso por caso. No excluimos las indemnizaciones, sino ver cada caso. Si en un caso hay que exigir una reparación económica, se exige, sin ningún problema.

¿Con qué libertad actuará una comisión de la Iglesia a la hora de afrontar delitos ocurridos en la Iglesia?

El cardenal me ha asegurado que la máxima, y creo que será así. Iremos reconociendo la realidad, atendiéndola con todo cuidado, y luego ya veremos los procesos de recuperación personal y reconciliación. Y si encima se pudiera recuperar al victimario, al abusador, sería otro logro.

¿Se investigarán los casos prescritos?

Los casos prescritos se analizarán, investigarán, por supuesto: todo lo que sea preciso para que las gentes rehagan sus vidas y su relación con la Iglesia. Los que estamos tan indignados en la Iglesia entendemos que esto es fundamental.

Miguel García Baró, con el rector de Comillas

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