"La familia es la primera célula que puede proporcionar esta fantástica carga emocional, en medio de la confusión de ideas, de ideologías, del desorden de información e impresiones que asaltan por todos lados a muchos jóvenes”

El purpurado arremete contra "la legitimación social de la homosexualidad", que vinculó “con los intentos totalitarios de producir un hombre nuevo”

“La crisis antropológica y moral sin precedentes que atraviesa nuestro tiempo exige que la Iglesia asuma una mayor responsabilidad y compromiso para proponer su enseñanza doctrinal y moral de modo claro, preciso y firme”

“La Iglesia tiene el deber de asumir un papel sustitutivo para compensar el colapso de sectores enteros de la sociedad civil y de las autoridades públicas”. El cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, lanzó este mediodía una cruda denuncia de “la atmósfera atea” que impregna la educación y la moralidad en las sociedades occidentales, por culpa de “la sociedad laicista”.

El purpurado guineano, invitado de la Asociación Católica de Propagandistas para presentar el 21 Congreso Católicos y Vida Pública, que se celebrará en Madrid del 15 al 17 de noviembre, hizo esta denuncian ante un auditorio abarrotado, pero con una escasa presencia de obispos en activo. En su discurso, leído en francés, Sarah agradeció la presencia de los cardenales Rouco, Cañizares y Osoro, pero el titular de la diócesis no hizo acto de presencia.

Una sociedad laicista, sin Dios

Al comienzo de la conferencia, se advirtió que el purpurado no admitiría preguntas, aunque sí las hubo finalmente. Sin embargo, tras las mismas nos quedamos con las ganas de cuestionar su cercanía al Papa Francisco (sólo citó una vez al actual pontífice, frente a las continuas citas a... Pío XI), o su reciente encuentro con el líder de Vox, Santiago Abascal.

Pese a todo, Sarah no defraudó: así, el cardenal denunció la “crisis muy profunda” que atraviesan la escuela y la universidad en el mundo occidental, azotadas por “una sociedad laicista, secularizada, sin Dios”.

Una crisis que, como apuntó, proviene del “constante cuestionamiento de los valores fundamentales que durante miles de años han apoyado, enseñado, educado y estructurado al hombre internamente”.

Para Sarah, la Iglesia no es capaz de medir la gravedad de esta crisis, “dada la atmósfera atea o de indiferencia hacia las cuestiones religiosas o morales en la que se encuentran impregnadas la educación y las estructuras escolares”.

Abandono sistemático del cristianismo

“Hoy, muchos jóvenes rechazan toda herencia y todo modelo. Cuestionan la autoridad de una moral que les de la impresión de no ser su contemporánea. Toda autoridad la consideran represiva”, y “han optado por el abandono sistemático del cristianismo y de sus raíces cristianas”.

Por ello, el purpurado quiso destacar que “la familia es la primera célula que puede proporcionar esta fantástica carga emocional, en medio de la confusión de ideas, de ideologías, del desorden de información e impresiones que asaltan por todos lados a muchos jóvenes”.

“Algunos en la Iglesia -proclamó- han abandonado el campo de la educación, influidos e impresionados por la crisis de transmisión y por la revolución cultural que hemos conocido en muchos de estos países”. También, añadió, en España.

Para Sarah, una de las claves está en la “teoría de género”, sobre la que, dijo, “el Papa Francisco tiene palabras durísimas y una actitud de intolerancia absoluta”. Fue la única concesión al actual Papa en un discurso trufado de citas a Pío XI, donde arremetió contra el aborto o la píldora anticonceptiva. “La mentalidad anticonceptiva ha engendrado un dualismo entre la libertad individual vista como ilimitada y todopoderosa, por un lado, y el cuerpo como instrumento de disfrute, por otro”.

Sarah, con Bullón de Mendoza y Sánchez Saus
Sarah, con Bullón de Mendoza y Sánchez Saus

Legitimación social de la homosexualidad

También, contra “la legitimación social de la homosexualidad”, un movimiento mediante el que “los agentes de la subversión antropológica toman como rehenes en sus reivindicaciones a las autoridades públicas y al legislador”. “Aquí ya no se trata de reclamar tolerancia, se trata de imponer una nueva concepción del ser humano”, denunció el purpurado guineano, que compara este movimiento “con los intentos totalitarios de producir un hombre nuevo”, propios del nazismo.

“La crisis antropológica y moral sin precedentes que atraviesa nuestro tiempo exige que la Iglesia asuma una mayor responsabilidad y compromiso para proponer su enseñanza doctrinal y moral de modo claro, preciso y firme”, finalizó Sarah, quien fue presentado por José Francisco Serrano, quien hizo suyas las palabras de Benedicto XVI para definir a Sarah como “un humilde servidor de la viña del Señor”, y lamentar que sobre el purpurado pesan “demasiados estereotipos”.

Rouco y Cañizares escuchan a Sarah
Rouco y Cañizares escuchan a Sarah

Defender a los niños frente a las ideologías

Tras la conferencia, el cardenal aceptó algunas preguntas, convenientemente filtradas por un sacerdote. Así,  Sarah se refirió al derecho de los padres a educar a sus hijos. “Vivimos en una sociedad democrática, en el que estas libertades son posibles”. “Los padres son los educadores de sus hijos, tienen derecho a decir cómo quieren educar para sus hijos. El Estado no tiene el monopolio. Esto se podría concebir en países totalitarios, no nos encontramos en esta situación en Occidente”.

“Hoy en Europa han niños de tres años a los que se educa en ideologías no cristianas, y nadie dice nada. La inocencia de los niños se destruye, y nadie dice nada. Hay que asociarse para defender a los niños, y los derechos que tenéis para educar a los hijos en una línea cristiana. Este derecho hay que defenderlo todos juntos”, subrayó.

Al tiempo, denunció que “el reto más importante es esta ideología, en el plano económico, político y mediático, que quiere imponer un nuevo concepto de la humanidad... Contaminan el ambiente sobre la persona. También está el rechazo a Dios. Si Dios se excluye de nuestra sociedad... ¿qué somos sin Dios?”.

La persecución en Europa, más grave que la de los coptos

"Una de las crisis del cristianismo es el miedo", declaró Sarah. "Tenemos derecho a proponer claramente la doctrina de la Iglesia, sin imponer. Es lo que cree la Iglesia, el Evangelio, claramente", finalizó.

Sobre una supuesta "persecución solapada" hacia lo cristiano, Sarah recordó a los cristianos de Oriente. "Algunos se tatúan la cruz, por si por debilidad no sobreviven quieren que vean que es de Cristo". "No hay que tener miedo de las persecuciones en Nigeria o Egipto. Esta persecución física es menos peligrosa, porque solo mata el cuerpo. Lo que hay que temer es lo que mata el alma". "

Ahora bien -matizó-, aquí se anestesia la fe a veces, se mete en un ambiente donde todo es normal. La persecución en Occidente es más peligrosa que la que se da en Oriente, porque aquí se demuele la enseñanza y la fe". "Necesitamos valor para ser cristianos, uno se siente asfixiado por tanta presión. No existe el derecho a hablar".

"Estamos viviendo el peor momento de la historia de la Cristiandad. A algunos los persiguen físicamente, a otros moralmente. Debemos estar juntos a través de la oración, y mantener fuerte el timón".

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