Sobre el apoyo al Papa Francisco

Mucho se ha hablado de apoyar al Papa Francisco para que logre realizar reformas en la Iglesia. Esto denota que en verdad hay cosas que cambiar y debemos reconocerlas. Sin embargo, a veces no queremos aceptar ese necesario cambio porque estamos acostumbrados a pensar que no se puede decir nada negativo que tenga que ver con la institución eclesial porque eso denotaría falta de amor a ella –lo cual es comprensible- pero no es bueno, porque precisamente por amor a la Iglesia nos debe preocupar su vitalidad. Pero siendo conscientes de las necesarias reformas, algunos han elaborado cartas para enviarle al pontífice, expresándole su apoyo y diciéndole que no está solo en esta tarea de buscar mayor autenticidad eclesial. Ahora bien, todo no se soluciona con esas cartas, aunque puedan tener su valor. Lo más importante para apoyarlo es llevar a la práctica lo que en el testimonio que él nos va dando, se reconocen rasgos del evangelio de Jesús que despiertan tan buena acogida y hacen caer en cuenta que así debería ser la Iglesia. El Papa nos ha alegrado por su sencillez y austeridad de vida. ¿Qué tanto se ha convertido la nuestra en ese sentido? También nos ha sorprendido por su cercanía con los pobres, por su espontaneidad para tratar con ellos, rompiendo los protocolos para abrazarlos. ¿De qué manera han cambiado nuestras actitudes en este aspecto? Y a muchos otros les ha ensanchado el corazón oírle decir que “él no es nadie para juzgar a los otros” o que lo primero es la misericordia. ¿Cómo se ha transformado nuestra mentalidad para que prime la misericordia y el respeto por lo diferente a lo que profesamos? En fin, muchas serían las preguntas pero una puede ser la respuesta: pongamos en práctica lo que admiramos en el Papa y desde este testimonio apoyaremos la tan necesaria reforma eclesial.
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