Dos poemas-tango

CAMINITO

Dedicado al Papa Francisco,
nuevo rostro que arrostra la Iglesia:
otra cara y otro cariz.




Caminito: no hay viandante,
se hace viandante al andar.


Caminito que ha tiempo no paso
porque mi paso se ha vuelto un traspiés,

no creas que he olvidado tu canto
no pienses que he olvidado los pies.

Ocurre solamente que estoy viejo
ocurre simplemente que estás lejos,

ocurre que no canto y que me fui
caminito que caminas en mi.

(Caminante: hay caminos
que nos caminan adentro).









EL DÍA QUE ME MUERA

Dedicado a mi propio rostro/rastro,
arrastrado por la rúa de la vida.



El día que me muera se acabará la historia
se acabará el combate de un hombre con su dios.

La gente dirá muda era un tipo curioso
que paseaba solo al brazo con su almario
preguntándose quedo por qué, por qué, por qué.
Hoy ya tiene respuesta a su fiel impaciencia
al verse ya cumplido su sueño de descanso.

El día que me muera que doblen las campanas
en un silencio incruento por el hombre que fue
por fin a su destino a su destino al fin.

El día que me muera se acabará la historia
esta historia de amor que trunca se quedó.
El día que me muera comenzará otra historia
una historia de humor que junte lo truncado.

El día que me muera entonces me querrán:
el día que me muera el día que me quieras
sabrás cuánto he querido sabrás lo que es amor.
Volver arriba