Las convicciones

He pensado que podía ser buena idea tratar de las convicciones en esta entrada, mi primera, en este blog. Al fin y al cabo, todos los que escriben en esta página están mostrando unas convicciones, que los posibles comentaristas tienen la posibilidad de aceptar, rebatir o cuestionar.Recuerdo unas palabras de mi padre cuando era joven. En nuestros almuerzos ruidosos de familia numerosa nos dijo un día, que no era de buena educación sacar una conversación que versara sobre dinero, política o religión. No habló de sexo porque todavía en España, las cigüeñas eran las encargadas de traer los niños al mundo. Yo entonces no entendí sus motivos. Creí que respecto al dinero se refería a que no se podía hablar de precios y durante la dictadura, el tema político y el religioso daban poco de si, porque la banda de fluctuación era muy limitada.

¡Cómo han cambiado las cosas! Con la crisis, el tema de los euros y sus primas de riesgo o valor de la subasta de deuda, no se nos caen de la boca. A su lado se ventilan los sueldos millonarios de los elegidos. En lo que respecta a los otros dos temas, la apertura política de la democracia, ha ido en paralelo con el pluralismo religioso, impensable hace unos años, en una sociedad tan cerrada como la franquista.

Es ahora cuando entiendo las advertencias de mi padre pues he visto pelearse a muerte a íntimos amigos que defendían distintas ideas políticas. Pero mi mayor sorpresa respecto a la religión ha sido reciente y tiene que ver con está página de Religión Digital. ¡Qué comentarios se leen! Reconozco que me han hecho dudar a la hora de aceptar el reto de participar en un blog, porque no es agradable que te llamen fea, vieja, gorda o hereje, por no participar de tus ideas pues veo que, en muchas ocasiones, los comentaristas, no descalifican las tesis a las que contestan, sino que arremeten contra sus autores. Es algo que se ha puesto de moda en todos los foros, gracias al anonimato, pero me sorprende de gente que se declara cristiana.

Las convicciones de los seres humanos, por muy arraigadas que estén, necesitan de la aprobación de aquellos con los que conviven como manera de reforzarlas y de constatar, que se va por la senda correcta. En el caso contrario, los que no piensan igual, nos someten a la duda y a la necesidad de replantear de nuevo nuestro edificio de creencias, lo que exige un ejercicio serio y laborioso, que lleva tiempo y no es cómodo.

Soy consciente de que algunos comentarios son hijos de los “indignados”, esa gente que siente la necesidad de protestar por todas las cosas que van mal por el mundo, que son muchas, pero encuentran lejos la Puerta del Sol. Cuando escriben para demostrar su falta de sintonía, se encuentran mejor. Si así es, bendito sea Dios.

A unos y a otros, Religión Digital, ofrece a los lectores la posibilidad de enfrentarse a una gama diversa de posicionamientos religiosos, una eventualidad en la que también se encuentran los que escriben. Yo no tengo casi nada, seguro en la vida y remedando a Descartes puedo decir que “dudo luego existo”. Desde esta postura accedo como bloguista a esta página con la ilusión de aprender con los argumentos que me aporten los lectores, porque he descubierto que la diferencia de pareceres puede no ser un obstáculo, sino algo muy enriquecedor….

Pero también con susto de que me afecten, excesivamente, algunos comentarios de los que no piensan igual que yo, porque como todo ser humano busco la aprobación de mis pares y vivo, como tantos otros, atrapada en un espejo que no me atrevo a romper.
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