Mario León Dorado, misionero madrileño en el Sáhara, presentó la Jornada de Infancia Misionera Los niños españoles, en el segundo puesto de la solidaridad mundial con los misioneros

(Cameron Doody).- Se acerca una vez más la Jornada de la Infancia Misionera. Este año, será este domingo 27 de enero. Un día "para que los niños tomen conciencia de que son misioneros y ayuden a otros niños más necesitados", como explicó este mañana en la presentación de la Jornada el flamante Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, José María Calderón, y también un día también para sostener y agradecer a los misioneros alrededor del mundo implicados en labores a favor de la infancia, como el Prefecto Apostólico del Sahara Occidental, el madrileño Mario León Dorado.

"No es lo más importante recaudar dinero, sino generar conciencia entre los niños de que se puedan ayudar", afirmó Calderón acerca del propósito de la Jornada. "Sin embargo, la parte económica también es importante, porque damos el dinero a los misioneros en el mundo trabajando en temas de la infancia", añadió, explicando que los proyectos que se benefician de la Infancia Misionera incluyen hospitales infantiles, escuelas, pastoral y catequesis e iniciativas de salud materna. "Si los niños se esfuerzan en ayudar a otros cómo no ponernos todos nosotros también manos a la obra", animó Calderón.

Y es que las cifras de lo recaudado en la Jornada de 2017 -último año por el que ya se han cerrado las cuentas- le avalan al director de las OMP en su planteamiento de una heroica implicación por parte de los más jóvenes en esta Jornada. En la edición de hace ya dos años, alrededor de 60.000 niños españoles recaudaron casi tres millones de euros que han financiado un total de 516 proyectos al beneficio de 770.000 niños en 39 países. Un 18,26% del Fondo Universal de Solidaridad que llegó en 2017 a la cifra de 16,3 millones de euros, siendo la aportación de los niños españoles la segunda más grande, solo detrás de la de los jóvenes alemanes.


Pero no es que las OMP de España se contenten con estas cifras y no apunten más alto en la Infancia Misionera de este 2019. "Con Jesús niño, a la Misión" es el lema de un nuevo proyecto cuatrienal con el que quiere dar un nuevo impulso a esta iniciativa dirigida a los jóvenes, el cual está diseñado para acompañar a los niños en la formación misionera a lo largo del año, más allá de una sola Jornada.

Para entender realmente la diferencia que marcan los misioneros a los que apoyamos en Jornadas como la de Infancia Misionera, no hay nada mejor que un relato de primera mano. Y eso es precisamente lo que aportó León Dorado, quien desgranó los detalles de su vida y misión en el desierto y todo lo que supone la ayuda de la Infancia Misionera.

"Los misioneros atendemos a los más pobres y en nuestro territorio los más pobres son los niños, son musulmanes, pero les atendemos con cariño y les llevamos la Buena Noticia de Jesús", explicó el misionero, añadiendo que el vivir en territorio musulmán le ha enseñado qué significa realmente "ser cristiano". "La Iglesia es católica porque ama a todos. La Iglesia es lugar de encuentro", afirmó León Dorado, añadiendo que "para dialogar hace falta crear una cultura de amor. El otro tiene que sentirse respetado y amado".

El misionero puso como ejemplo del amor de la Iglesia por todos el Centro de Discapacitados de Dajla, ubicada en su Prefectura. "Los misioneros queremos que los niños puedan estudiar para que tengan un futuro digno", apuntó el religioso, agradeciendo que "la Infancia Misionera nos ofrece cada año ayudas para todo ello".

"A raíz de nuestra presencia allí hemos generado solidaridad alrededor, personas que vienen a ayudarnos. La Buena Noticia y el servicio se contagian", continuó el religioso, precisando que las más valiosas ayudas que han recibido en el Centro han sido los muchos voluntarios que donan su tiempo y los materiales técnicos que mejoran las conciliaciones de la clínica.

Pero lo que realmente significa este Centro de Discapacitados beneficiario de la Infancia Misionera lo explicó a la perfección Mohamed Fadel Semlali, musulmán discapacitado víctima en su infancia del polio y actualmente Director de la clínica.

"La Infancia Misionera ha sido como la columna vertebral de este centro", explicó el conocido por todos como Buh, añadiendo que gracias a la generosidad de los niños de la Infancia Misionera 60 jóvenes han podido ser atendidos en la clínica. "Ha sido nuestro apoyo más fuerte desde el principio hasta este momento", agradeció este hombre.

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