El cardenal de Madrid cuenta con 60.000 jóvenes dispuestos a convertir a los madrileños Las jóvenes milicias de Cristo y de Rouco

(José Manuel Vidal).-En un momento en que los jóvenes no se afilian a casi nada, el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, puede presumir de contar con un 'ejército' juvenil numeroso y comprometido. Nada menos que 60.000 jóvenes, dispuestos a "dar razón de su fe" y a actuar "como fermento" en la masa de los cerca de 1.400.000 compañeros madrileños alejados de la Iglesia católica y de la fe en Jesucristo.

Los jóvenes con carné y vida de católicos proceden de varias redes. Primero, de las parroquias, después de los centros educativos religiosos y, por último, de los movimientos y asociaciones. Todos están dispuestos a prepararse para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) como se merece.

Para ello, el arzobispado de Madrid ha presentado esta mañana un plan pastoral. Urdido y pilotado por Ángel Matesanz, responsable de la preparación pastoral de la Jornada mundial, pretende "fortalecer la adhesión de los jóvenes a Jesucristo, así como su compromiso en el anuncio del Evangelio".

Es decir, convertir a los jóvenes católicos, de aquí al mes de agosto de 2011, fecha de la celebración de la Jornada y de la visita pastoral del Papa, en auténticos "transmisores de la felicidad de ser cristianos".

Porque, como explica Matesanz, "la JMJ no es ni puede quedarse en un simple espectáculo, sino que es un encuentro juvenil con Jesucristo y con el Papa, una fiesta de gozo por la fe compartida".

De ahí que el plan pastoral incida en la formación de los jóvenes, en la oración, en el encuentro personal con Dios y en el compromiso a favor de los más desfavorecidos. Y, aunque el plan del arzobispado no prevé un gran gesto de compromiso conjunto, sí presenta espacios para el compromiso personal.

Como explica Gregorio Roldán, secretario general de la JMJ y responsable de la pastoral juvenil madrileña, "la Iglesia en Madrid tiene una juventud comprometida". Por ejemplo, son muchos los grupos de jóvenes que acompañan a la gente que sufre y que se encuentra sola en clínicas y hospitales.

De todas formas, los jóvenes madrileños tienen que entrenarse no sólo en la formación y en la oración, sino también en el compromiso. "Tenemos que proponer también una acción transformadora para nuestros jóvenes", puntualiza Matesanz. Además de hacer la síntesis entre acción y contemplación, el plan pastoral juvenil se centra en tres áreas principales: "crecer en el conocimiento de Jesucristo, fomentar la oración y la participación en los sacramentos, y testimoniar la fe mediante la palabra y la acción".

Hacen falta 20.000 voluntarios

En este recorrido, los jóvenes madrileños cuentan con un ramillete de patronos de la JMJ a imitar: San Isidro Labrador, San Juan de la Cruz, Santa María de la Cabeza, San Juan de Ávila, Santa Teresa de Jesús, Santa Rosa de Lima, San Ignacio de Loyola, San Rafael Arnáiz y San Francisco Javier.

Todos santos españoles. Porque, como subraya Santiago de la Cierva, el 'dircom' de la JMJ, "en Sydney y en Toronto apenas contaban con santos ni beatos nativos, en Madrid nos encontramos en una situación absolutamente contraria: son muchísimos los santos que podían optar a ser patronos de la JMJ". Los elegidos lo fueron "en función de la visión histórica y de la influencia de España en el Mundo".

De entre los jóvenes en edad y de los no tan jóvenes, los organizadores de la JMJ pretenden reclutar a los 20.000 voluntarios que necesitan para la Jornada y la visita del Papa. Voluntarios que recibirán cursos de seguridad de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid.

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