Jesús Espeja “No os dejéis robar la dignidad”

Jesús Espeja
Jesús Espeja

¿Es posible cambiar de lógica en el actual modelo económico?

Tres referencias se agolpan cuando hago esta reflexión. La lectura del importante libro elaborado por Abraham Canales donde presenta la preocupación y las orientaciones del papa Francisco para que los excluidos tengan un trabajo “decente, libre creativo, participativo y solidario”. Tenía reciente esta lectura cuando en la Universidad de Comillas escuché la intervención muy atinada de Adela Cortina sobre los interrogantes éticos que plantea la “inteligencia artificial” promovida por la ciencia y la técnica que, dados sus éxitos incuestionables, tienden a ser totalitarias.

Finalmente, veo un fascículo que publica ”El País” sobre “El futuro del trabajo”, junio 2019, que como portada trae tres frases bien significativas: “la tecnología destruirá parte del empleo actual, y cambiará las bases de nuestro contrato social ¿seremos capaces de utilizarla para generar otro mejor?”

Según el editorial de ese fascículo, “resulta absurdo predecir el mañana, hay que prepararse para él”; y en esta preparación urge “repensar el modelo”. Una breve colaboración lleva por título “cambiar la economía”. Pero ¿qué implica este cambio?

La globalización significa un paso adelante y es signo de que todos formamos una sola familia. De modo análogo el deslumbrante progreso técnico en la robotización e inteligencia artificial puede ser camino hacia más humanidad. El problema es cuando el proceso de globalización y las avances de la inteligencia artificial se inspiran y sirven a un modelo económico social y cultural “construido sobre el individualismo y el egoísmo del poseer y dominar” Y esta ideología economicista posterga sin remedio la dignidad y los derechos fundamentales de las personas que siguen reclamando “un trabajo decente”, realizar su vocación humana de ser “co-creadores”

En su enseñanza social los dos últimos papas una y otra vez insisten: hay que cambiar a la lógica de la misericordia, del don, de la gratuidad. Solo en este cambio se reconocerá de verdad la dignidad de la persona humana y se buscará el camino para que todos satisfagan el derecho a un trabajo decente. Pero en la situación actual cuando la lógica del descarte se ha impuesto como la única recomendable y el deslumbrante progreso científico-técnico avanza en esa ideología ¿merece la pena seguir luchando por el derecho de todos a un trabajo decente sin renunciar a los avances y logros científico-técnicos?

Aquí viene la oportunidad y el gran servicio que puede prestar el libro de Abraham “no os dejéis robar la dignidad”. Presenta y explicita el clamor del papa Francisco por la dignidad de toda persona humana y la opción por los excluidos Una sensibilidad evangélica que urge avivar en la sociedad civil y en la comunidad cristina. Como punto de partida una convicción de que “las cosas pueden cambiar”; si nosotros hemos creado y estamos manteniendo un sistema injusto en su raíz, también podremos desmontarlo En esta convicción la comunidad cristiana, actuando en la lógica la compasión y gratuidad debe hacer inolvidable a Jesucristo que pasó por el mundo derribando los muros de separación entre personas y pueblos.

En la búsqueda de ese cambio los cristianos encontramos a otros que incluso al margen de la religión pero también animados por el Espíritu, apuestan por la misma causa: dignidad y derechos fundamentales de las personas. En las intervenciones del papa Francisco sobre mundo laboral hay previamente una escucha de de los movimientos populares. Y en la presentación del libro de Abraham Canales un representativo militante del sindicato CCOO. En todos los rincones del mundo la humanidad que ya camina en una Presencia de amor, es capaz una y otra vez de levantarse sus propias cenizas.

Volver arriba