Walter Kasper en Sal Terrae Unidad en Jesucristo

(Antonio Aradillas).- En la estructura de la educación-reeducación de la fe en la que, por cristianos, se ha de trabajar por ministerio y oficio en la Iglesia, la aportación en castellano de la editorial Sal Terrae está sobrada de merecidos reconocimientos, de manera especialmente actualizada en su colección Presencia Teológica.

Precisamente en la misma destacan los títulos de las Obras Completas del cardenal Walter Kasper, Presidente Emérito del Pontificio Colegio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y uno de los principales teólogos actuales, que goza del respeto más generalizado en el mundo ecuménico. De entre sus 18 títulos destacan El Evangelio de Jesucristo; Jesús el Cristo; Caminos hacia la Unidad de los Cristianos; El Papa Francisco: revolución de la ternura y el amor; Martín Lutero; Una perspectiva ecuménica y La teología a debate.

Aquí y ahora me corresponde hacer amable y agradecida referencia al último de los libros, con sus 742 páginas, titulado La Unidad en Jesucristo, volumen 15 de sus Obras Completas, en cuyo prólogo firmado por el propio autor para la edición en lengua española, describe su contenido, de la siguiente manera:

"Los cristianos podemos afirmar, agradecidos que lo que nos une es más que lo que nos separa (Juan XXIII): Nos llamamos hermanos y hermanas en la fe, y lo somos. En un mundo atravesado y agitado por numerosos conflictos, esta es una buena noticia... Unidad plena no es sinónimo de uniformidad. Únicamente puede ser una unidad en la diversidad reconciliada (Papa Francisco), en la cual, a las diferencias se les extrae el veneno de la contradicción, de modo que se haga posible un intercambio de dones diferentes, de enriquecimientos recíprocos, una catolicidad no menor, sino más plena. Este camino pasa por un ecumenismo no solo académico, sino espiritual, que recorra la senda de la oración y la penitencia. Los seres humanos no podemos forjar la unidad... Esta tiene que sernos regalada. Pero nosotros -y esto significa "todas las Iglesias"-, debemos estar dispuestos a la conversión y la renovación, y en ello cada Iglesia debería comenzar por sí misma".

El cardenal, conocedor también de las realidades terrenales, a la vez, y en idéntica proporción que las espirituales, y ante tantos y tan graves retos, en los que nos encontramos, subraya con santa insistencia, que "el tiempo apremia, por lo que no hay un solo minuto que perder. Como cristianos debemos ofrecer al mundo un signo de unidad y solo así podremos ser creíbles constructores de la paz en el mundo".

Sí, "Constructores de la paz...". Buen título para la catequesis, el adoctrinamiento en la fe y en la praxis cristiana, por elemental exigencia de la proclamación y predicación del santo evangelio, en el que ha de asentarse en toda plenitud y sin escamotear ninguno de sus gestos y versículos.

La Unidad en Jesucristo, como proyecto de vida cristiana, es la única, infalible e infatigable solución que padece el mundo más o menos "civilizado" en el que estamos y al que nos pertenecemos, por lo que las páginas del nuevo libro del Cardenal Walter Kasper contiene, proporciona y sirve argumentos serios, profundos y asequibles.

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