Nuevo libro de Jesús Mauleón “Pero estás en mi aliento (Senectutis carmina)”

Jesús Mauleón
Jesús Mauleón

El poeta Mauleón es un poeta cristiano, radicalmente cristiano, además de latino,vascón y visigodo, enamorado de Dios, del Dios de siempre, del Dios de cada día y de cada lugar

El fértil poeta navarro Jesús Mauleón, homónimo del poeta que aparece en El Quijote, pero, al parecer, mucho mejor que él, no puede vivir sin escribir, sin cantar poéticamente, sin poetizar, que significa hacer y crear. Su primer poema, Luz poética, lo dice todo en ortodoxas rimas consonantes, y en otro poema, también rimado, el poeta ochentón -yo hubiera dicho ochenteño-, recordando a Machado, nos salta diciendo:

Tarde es para comenzar
a vivir siempre callado.
Viejo y mal acostumbrado,
no sé vivir sin cantar.

Pero el poeta Mauleón es un poeta cristiano, radicalmente cristiano, además de latino,vascón y visigodo, enamorado de Dios, del Dios de siempre, del Dios de cada día y de cada lugar:

Te dicen misterioso, pero Tú estás conmigo.
Te dicen invisible, pero estás en mis ojos.
Te dicen puro Espíritu y te palpa mi aliento.

En todas las peripecias de la vida. También a la hora de la muerte:

Ven aquí, hermana muerte,
perra faldera mía,
que acompañas mis años con caricias
de un viejo amor.

Toda esta primera ristra de poemas sobre Dios, con Dios y en Dios, me parecen los mejores poemas del libro, los más vívidos, los más intensos, los más pasionales (entendimiento, voluntad y sentimiento). Es decir, los más poéticos.

En la segunda tanda de versos  de esta primera parte –Horas cantadas– continúa el canto de Dios, a Dios y en Dios, en una especie de Libro de las horas y de las estaciones, y, entre muy buenos poemas, se encuentra un soneto perfecto, clásico, Buenos días, Señor:

Buenos días, Señor, ingenuamente,
te digo ¿cómo estás? al levantarme,
y tú vienes, Señor, a recordarme
que eres mi Dios y estás divinamente.

Una segunda parte del breve libro unos cuantos poemas dispares, con distintos motivos, desde Cervantes al diputado Rufián, que ya es decir. Otra, que tendría más cómodo lugar en la primera parte, se titula Rimas sacras, y una tercera, Pequeños homenajes, entre ellos, uno a Juan XXIII. Casi todos los poemas  van aquí con rimas sonoras y finos toques de humor. Me quedo con los títulos Lotería, loteríaAy, Jesús, José y María; Qué Belén, Papa Francisco; Belén de la patera de Asís, Procesión del Corpus, y A San Juan XXIII, en su canonización:

Roncali, Juan Veintitrés,
cielo y sonrisa en la cara,
con la humildad en la tiara
y en la  tierra con dos pies.

Este es un libro, que nos hubiera gustado escribir a todos, especialmente a su co-etáneos.
Un primor de primera.
Un libro de poemas de mesa y mesilla.

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