El Consejo Indigenista Misionero ve el Sínodo como fortalecimiento de las causas indígenas Asamblea del CIMI destaca que "las semillas del Sínodo están vivas, respiran, brotan y dan fruto"

40ª Asamblea del CIMI Norte1
40ª Asamblea del CIMI Norte1

El tema de reflexión ha sido: "Tierra, agua y territorios: Sínodo de la Amazonía y fortalecimiento de la causa de los pueblos indígenas".

La criminalización de líderes indígenas, es un legado del colonialismo y un ejemplo de neocolonialismo

La presencia en la asamblea de 8 de los 11 obispos que forman parte del Regional Norte 1 de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil), es una prueba del compromiso y el apoyo de la jerarquía a la causa indígena

La conexión entre lo que sucedió dentro y fuera de la sala sinodal fue un elemento de gran importancia, que energizó la asamblea

Ahora se deben tomar medidas para ayudar a traer de vuelta al territorio lo que se ha expresado en los documentos, que los pueblos indígenas reconocen como proféticos. Para esto es necesario tener una fuerte identidad y organizaciónescuchar a los pueblos indígenas, que deben ser vistos como sujetos y protagonistas de sus relaciones con la Iglesia

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El apoyo de la Iglesia Católica a los pueblos indígenas es algo que el Sínodo para la Amazonía ha reafirmado. Los indígenas lo reconocen y la Iglesia se esfuerza por seguir avanzando en este camino. Otra prueba de esto ha sido la 40ª Asamblea Regional del CIMI (Consejo Indígenista Misionero) Norte 1, que del 14 al 16 de febrero ha reunido en Manaos a más de 80 personas, entre misioneros y misioneras, indígenas y simpatizantes de la entidad. El tema de reflexión ha sido: "Tierra, agua y territorios: Sínodo de la Amazonía y fortalecimiento de la causa de los pueblos indígenas".

Escuchar el grito de los pueblos, que es al mismo tiempo el de la tierra, es una actitud fundamental. Es un grito que resuena en el sufrimiento del pueblo Apurinã, que en el Río Purus, amenazados por madereros y terratenientes, que ven el avance de carreteras que entran en la selva llevando destrucción. Es el mismo sufrimiento que sufren los baré del Río Negro, donde la compra ilegal de tierras y el turismo, han atado de pies y manos a quienes viven en esas comunidades, que ni siquiera pueden salir a cazar y pescar. Lo mismo puede decirse del pueblo Macuxi, en Roraima, amenazados por agricultores y buscadores de oro, que ven cómo sus tierras, cerca de la frontera con Guaiana, son lugar de paso para las víctimas de la trata de personas.

También en otra frontera, en este caso con Perú, en la región del Valle del Río Javarí, donde se concentra el mayor número de pueblos aislados en la Amazonía, las invasiones para cazar, pescar, robar madera, el tráfico de fauna y flora, se han convertido en algo cotidiano Todo esto frente a la falta de acción de la FUNAI (Fundación Nacional del Indio), que, sin recursos, solo actúa cuando recibe esporádicamente apoyo del Ejército brasileño. Estos ataques contra estos pueblos libres también tienen lugar desde el campo religioso, un hecho que se confirma con el nombramiento de Ricardo Lopes Dias, un pastor evangélico pentecostal, que decidido partidario del contacto con estos pueblos, como responsable de la FUNAI en este campo, en contra de la Constitución, con el apoyo del actual gobierno brasileño, que ve a estos pueblos como un obstáculo para lo que quiere vender como desarrollo.

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Estos hechos están trayendo de vuelta lo que los pueblos indígenas han vivido durante más de 500 años. Se van perdiendo los derechos garantizados en la Constitución de 1988, que quería superar los abusos cometidos durante más de 20 años de dictadura militar. Lo que Brasil está experimentando hoy, con la criminalización de líderes indígenas, es un legado del colonialismo y un ejemplo de neocolonialismo, como subrayó la socióloga Márcia de Oliveira, profesora de la Universidad Federal de Roraima. Este legado de tiempos pasados también se pode de manifiesto en la compra de líderes, en la fragmentación de las comunidades, en el genocidio de pueblos y culturas, demonizados por iglesias pentecostales, cada vez más presentes en regiones estratégicas, lo que desafía a la Iglesia Católica a tener una presencia continua en las comunidades más distantes, según la perita en la última asamblea sinodal.

Lo que se vende como "turismo ecológico", dice la socióloga, abre el camino para el trabajo esclavo y la trata internacional de personas. Junto con esto, destaca la presencia del tráfico de drogas, bebidas alcohólicas y crimen organizado en los territorios indígenas, que se han convertido en corredores, con la participación de políticos locales. Marcia Oliveira llega al extremo de afirmar que el crimen organizado ha reclutado a líderes indígenas. Junto con esto, la estrategia, apoyada por el gobierno, es tener más y más antropólogos evangélicos, incluso con doctorados, que firman informes y contra informes a favor de los poderosao, descalificando las instituciones para eliminarlas.

Frente a esta realidad, casi siempre confirmada con hechos concretos, el papel de la Iglesia Católica se convierte en algo decisivo. En este sentido, la presencia en la asamblea de 8 de los 11 obispos que forman parte del Regional Norte 1 de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil), es una prueba del compromiso y el apoyo de la jerarquía a la causa indígena. Esta presencia confirma y fortalece la nota que, un día antes del inicio de la asamblea, habían firmado, en solidaridad y compromiso con los pueblos, repudiando las últimas decisiones del gobierno federal.

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El Sínodo colocó a los pueblos indígenas como los principales interlocutores del papa Francisco, según el presidente del Regional, Monseñor Edson Damian. Todo surgió, según el obispo de São Gabriel da Cachoeira, la diócesis con el mayor porcentaje de población indígena en Brasil, a partir de las propuestas de la base, recogidas en el Instrumentum Laboris. No podemos olvidar que un sínodo no es un parlamento, sino una reunión de hermanos donde actúa el Espíritu Santo, recordó Monseñor Fernando Barbosa, siguiendo las palabras del obispo de Roma. El obispo de Tefe enfatizó la fuerza de las mujeres en las comunidades y les pidió que no dejen de soñar. Al hablar del Sínodo, el arzobispo de Manaos, quien destacó la importancia histórica del CIMI en el trabajo de la Iglesia Católica en defensa de los pueblos indígenas, enfatizó la importancia de tener en cuenta las culturas, lo que tiene consecuencias litúrgicas, teológicas y eclesiales, y la ministerialidad, que garantiza la presencia oficial de la Iglesia en las comunidades. Todo esto a partir de la base de ser una Iglesia que tiene en cuenta los elementos esenciales, según Monseñor Leonardo Steiner.

En la misma línea, el obispo auxiliar de Manaus, destacó la dimensión cultural, junto con la presencia de los mártires en la asamblea sinodal. No podemos olvidar que la presentación de Querida Amazonia fue en la fecha en que celebraron 15 años del martirio de la hermana Dorothy Stang, un hecho destacado en la rueda de prensa en la Sala Stampa. Para Monseñor Tadeu Canavarros, uno no debe perder el tiempo en pequeños detalles, sino mirar con amplitud. Junto con eso, cuidar las raíces de las culturas en peligro de extinción y los pueblos en riesgo. El Sínodo para la Amazonía es un proceso que se manifiesta en la continuidad entre el Instrumentum Laboris, el Documento Final y Querida Amazonía, según Monseñor Adolfo Zon, quien insistió en que el Sínodo no ha terminado. El obispo de Alto Solimões, destacó en Querida Amazonía la apertura a futuras discusiones y reflexiones, el discernimiento continúa. Para esto, es decisivo acoger, estudiar y llevar la exhortación post-sinodal a la gente.

Los sueños del Papa Francisco no pueden ser vistos como algo sin fundamento, sino como propuestas de reflexión y discernimiento, dijo Monseñor Mario Antonio da Silva, quien centró sus palabras en el número 37 de Querida Amazonia, insistiendo en la identidad y el diálogo como metodología, que nunca pueden ser considerados como enemigos. El papel de la familia en la Amazonía, tanto en la selva como en el mundo urbano, fue el elemento presente en las palabras de Monseñor Marcos Piatek, quien hizo un llamado para valorar sus elementos positivos. Finalmente, Monseñor Guliano Frigeni destacó la armonía entre Querida Amazonia y Evangelii Gaudium, enfatizando la necesidad de aprender para abrirse al mundo.

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Las voces de los obispos se unieron a las de los pueblos indígenas presentes en la asamblea sinodal y en las actividades de Amazonía Casa Común. La conexión entre lo que sucedió dentro y fuera de la sala sinodal fue un elemento de gran importancia, que energizó la asamblea, algo que también se expresó en la presencia de tantos símbolos amazónicos dentro de la sala. Incluso las semillas plantadas en una calabaza, que germinaron y se convirtieron en una planta, entregada al Papa Francisco en la Eucaristía de clausura, que, para sorpresa de todos, colocó sobre el altar. Esa planta, para los pueblos indígenas, es una señal de que las semillas del Sínodo están vivas, respirando, brotando y dando fruto.

Los pueblos indígenas han percibido el proceso sinodal como una expresión de las actividades de la Iglesia Católica en sus comunidades, donde destacan el papel fundamental que tiene la Iglesia. Esperan que la Iglesia siempre esté con ellos, ayudándoles a mitigar su sufrimiento, porque ser indígena hoy, frente a los ataques, no es fácil. Los pueblos indígenas han demostrado al mundo que solo las personas que viven en la Amazonía saben cómo defenderla. Ellos llevaron la voz de los pueblos que sufren, una voz que fue escuchada por el Papa Francisco, a quien pidieron respeto por su autonomía, diversidad y espiritualidad. En el oscuro momento que están experimentando los pueblos indígenas en Brasil, ante los proyectos de ley y los constantes ataques del gobierno federal, la asamblea sinodal ha representado un momento que ha ayudado a la conversión de muchos de los que forman parte de la Iglesia en la forma de ver a los indígenas, incluidos algunos de los presente en la sala sinodal.

Dentro de un proceso que afirmó el papel de los pueblos indígenas, ahora se deben tomar medidas para ayudar a traer de vuelta al territorio lo que se ha expresado en los documentos, que los pueblos indígenas reconocen como proféticos. En la asamblea del CIMI, diferentes voces enfatizaron que para esto es necesario tener una fuerte identidad y organización, tener claro a dónde queremos ir, qué vamos a hacer como sujetos. Al mismo tiempo, esto exige escuchar a los pueblos indígenas, que deben ser vistos como sujetos y protagonistas de sus relaciones con la Iglesia, para tener la audacia de aprender unos de otros, renunciar a lo nuestro, escuchar todo tipo de lenguaje.

Es hora de "avanzar en formas concretas que permitan transformar la realidad de la Amazonía y liberarla de los males que la afligen". Lo importante es confirmar que la 40ª Asamblea de CIMI Norte 1, ha sido un paso más en este esfuerzo por hacer realidad lo que el Papa Francisco nos pide en el último número de Querida Amazonia. Los nuevos caminos han sido diseñados, juntos los haremos realidad.

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