Las CEBs del Nordeste de Brasil se encuentran para buscar respuestas a los desafíos del mundo urbano

Los encuentros de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) en Brasil son momentos de reflexión, celebración y motivación para continuar haciendo realidad la lucha por el Reino de Dios, por un mundo mejor para todos. En esta ocasión se han reunido las CEBs del Nordeste Brasileño. Estamos hablando de una región de más de un millón y medio de kilómetros cuadrados en el que viven más 55 millones de personas y que eclesiásticamente están divididos en 75 diócesis.

La Archidiócesis de Teresina, capital del estado de Piaui, ha reunido de 7 a 10 de julio a 400 delegados y delegadas, que se han encontrado para reflexionar sobre los desafíos del mundo urbano, temática que también va a estar presente en el próximo Intereclesial de las CEBs, que tendrá lugar en enero de 2018 en Londrina.

Entre los presentes estaban nueve obispos, lo que en opinión de Monseñor Edson de Castro, obispo de Iguatú, muestra el interés de la Iglesia jerárquica por las CEBs, que siempre tienen que tener una especial opción por los pobres, en lo que también insistía el Arzobispo anfitrión, Monseñor Jacinto Brito, diciendo que las CEBs son expresión de la vida cristiana en comunidad, teniendo como eje la Palabra de Dios y el compromiso social como marca de autenticidad de la fe.

Los participantes han constatado que la cultura urbana está presente en todos los rincones, inclusive en los ambientes rurales, lo que ha provocado cambios de comportamiento en los individuos, cada vez más dominados por el consumismo e influenciados por situaciones deshumanas.

Al fin y al cabo, como señalaba el Padre Anastasio Ferreira de Oliveira, la ciudad no es sólo una aglomeración de gente, ni grandes estructuras de hormigón y metal, sino un espacio para vivir y convivir. En su opinión, en las ciudades brasileñas hay un exterminio que tiene clase social y color de piel definidos, es una sociedad con una injusticia institucionalizada, basada en la lógica del mercado. Él llega a afirmar que el Estado brasileño es el primero en no respetar las leyes, pues los derechos son privilegios de minorías.

Ante esta realidad, teniendo como base lo que dice la Biblia, Herminia Boudens ha animado a los presentes a transformar la ciudad en un lugar donde el poder deje de ser centralizado para que se transforme en una realidad compartida, teniendo como referencia, según el Padre Vileci Vidal, al Jesús histórico que siempre acompañó la vida de la gente.

Los participantes, en diferentes oficinas, han reflexionado sobre la realidad en la que viven, llegando a la conclusión de que estos espacios ayudan a entender mejor sus desafíos en cuanto militantes de las causas populares, lo que va a hacer posible mantenerse firmes en la construcción de una nueva sociedad.

Para Jocélia Ribeiro, una de las delegadas de la diócesis de Limoeiro do Norte, el encuentro ha sido una prueba de que “es posible construir una sociedad en la que las diferentes culturas y religiones pueden convivir fraternalmente”. Esto sólo es posible, en su opinión, si se lleva a cabo en el día a día, en un trabajo de base, aproximando a los oprimidos del campo y de la ciudad.

Resultan proféticas las palabras de Monseñor José Valdeci Santos Mendes, obispo diocesano de Brejo, estado de Maranhão, quien decía que “los cambios nunca vendrán del centro y sí de las periferias”. Las CEBs siempre han estado presentes en esas periferias, sean éstas urbanas, humanas o eclesiales, haciendo realidad una forma de ser Iglesia en la que los excluidos encuentran espacios donde pueden vislumbrar que para Dios son los predilectos, pues sólo quien conoce al Jesús de los pobres busca justicia para todos.
Volver arriba