Pastorales Sociales de la Amazonia brasileña buscan caminos que eviten el sufrimiento de los más pobres

La Amazonia es un buen ejemplo de esa Iglesia en salida que tanto busca el Papa Francisco, una Iglesia en la que la fe y la vida quieren caminar de la mano. Para continuar avanzando en ese sentido se han encontrado en Manaos representantes de diferentes pastorales que realizan su trabajo evangelizador en la región.

Como señala Monseñor Adolfo Zon, obispo de la diócesis de Alto Solimões y que acompaña las Pastorales Sociales en el Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, CNBB, estos encuentros ayudan a “crear criterios de discernimiento y acción para que todos tengamos un mismo actuar, desde los mismos valores”. Es necesario, en opinión del obispo javeriano, “tomar conciencia de la dimensión social de la fe”, caminar y trabajar en conjunto, pues cuando “alguien va sólo, no consigue nada”.

La Iglesia tiene que avanzar en el compromiso con los empobrecidos, señalaba Paulo Xavier, religioso capuchino con un dilatado trabajo en la Amazonia, pues hay “realidades ensordecedoras que también necesitamos oír”.

Igualmente, la religiosa Deliris Brun, que forma parte de Cáritas, no duda en afirmar que una mejor articulación de las Pastorales Sociales va a ayudar a “enfrentar juntos las muchas situaciones de sufrimiento”, haciendo posible mejores condiciones de “vida para las comunidades y para los pueblos tradicionales de nuestra región”, asumiendo “el papel de juntar, animar, organziar y fortalecer esa vida en abundancia en medio de nuestro pueblo”.

En palabras del asesor del encuentro, Olávio Dotto, Asesor de las Pastorales Sociales de la Conferencia Episcopal brasileña, es importante ser próximos a los pueblos que habitan la región, pues como bien nos recuerda constantemente el Papa Francisco, el cristiano no puede tener miedo de “hacerse presente en la vida de las personas, en las periferias geográficas y existenciales”. Sólo en la medida en que la Iglesia esté próxima de las necesidades de la gente, ayudando a luchar por los derechos de los excluidos, va a ser una Iglesia en salida, profética, que vive y da testimonio del Evangelio.

El encuentro ha servido también para continuar profundizando en la importancia de la REPAM, Red Eclesial Panamazónica, y de la Laudato Si, lo que está ayudando a llevar a cabo un mejor trabajo evangelizador y a conocer experiencias que nos muestran que es posible cuidar de la Casa Común, actitud presente secularmente en la vida de los pueblos tradicionales amazónicos.
Volver arriba