Abrazados en la misericordia

- Sor Conchi García nos comparte su participación en el IX Congreso de Pastoral Penitenciaria

Misericordia

Los pasados días 16-18 de septiembre, tuvo lugar el IX Congreso de Pastoral Penitenciaria en el Escorial, Madrid, en el que participaron más de 300 personas de todos los rincones de España. El lema de este encuentro fue “Abrazados en la misericordia”, así lo anunció el obispo de Terrasa, José Ángel Saiz Meneses, encargado de la Pastoral Penitenciaria en la CEE.

Dicho lema quiso ser una experiencia de amor tanto para los internos como para todos los relacionados en esta pastoral. Es un deseo que los internos se sientan abrazados por la misericordia, pero también todos los que viven nuestra fe en la cárcel o en su entorno. El Papa quiere que los voluntarios, de manera especial, sean “más testigos del amor de Dios entre los hombres” (MV 3). La cárcel es el último eslabón de nuestra sociedad, pero allí también llega la misericordia de Dios. El papa Francisco dice que “misericordia es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro” (MV 2).

El esquema del Congreso abordó las tres áreas de la Pastoral Penitenciaria: Religiosa, Social y Jurídica. Contó con ponentes como Ángel Juste Castillejos, secretario general de Instituciones Penitenciarias, que afirmó que la Iglesia sigue una tradición fructífera que hoy día ha configurado el sistema penitenciario actual, por ello forma parte de la historia.

También participó Amand Calderó Monfort, director general de Servicios Penitenciarios de Cataluña. Destacó que la misión que tenemos es acompañar procesos de reinserción, ya que es una buena política social. Cada persona es un mundo y se ha de intentar hacer un trabajo personalizado, y uno de nuestros trabajos es garantizar las necesidades religiosas del interno, además de favorecer y ayudar en su proceso de reinserción. Lo que da pleno sentido a nuestro trabajo son las personas. Acabó agradeciendo la implicación que existe en cultivar la parte espiritual del interno.

Por otra parte, el sábado, contamos con la presencia del cardenal Carlos Amigo, que nos habló del rostro de la misericordia de Dios en la cárcel. Interpeló sobre si es posible encontrar el rostro de Dios en la cárcel, y respondió diciendo lo que Pablo VI escribió en la Populorum Progressio“por el bien de Dios, lo posible es siempre obligatorio”. La misericordia es la que limpia el corazón. Se ha de entrar, meterse en la piel del preso, buscar… para encontrar la huella de la misericordia de Dios. No existe barrera o celda de aislamiento donde Dios no pueda entrar. También recordó que la caridad no se discute, la caridad se practica, no hace ruido, y si lo hace no es caridad. Finalizó diciendo que tenemos la obligación de dar misericordia, y el preso tiene derecho a recibir misericordia.

Por la tarde, se contó con una mesa de experiencias donde se presentó el Hogar Mercedario, en Barcelona, lugar de acogida a presos que comienzan a salir de permisos, en el que conviven con una comunidad de religiosos mercedarios. También se pudo explicar el tema sobre mediación, a cargo de Julián Ríos, abogado especialista en mediación penal. La mediación se comenzó en España no hace demasiados años, de alguna manera está comenzando a resurgir, aunque el proceso es lento. El tema de la mediación es muy delicado y ya se han hecho algunos intentos al respecto. Los resultados son esperanzadores ya que el objetivo es poder sanar los corazones tanto de las víctimas como de los agresores.

El domingo día 18, se hizo presente Mons. Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la CEE. En sus palabras agradeció al Papa por la importancia que le había dado a la Pastoral Penitenciaria, creando un espacio para ello en el Dicasterio destinado al servicio y la promoción del desarrollo humano integral. Está ligado en línea directa con las Bienaventuranzas y Mateo 25,31-46: “tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era extranjero y me acogisteis, estaba desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Nos compartió la necesidad de restablecer la cultura del Encuentro, de trabajar por el encuentro y no la confrontación. Hay que construir puentes para llevar un mensaje de esperanza. Los presos son amados de Dios, no excluye ni echa a nadie porque somos hijos del mismo Dios. Sólo el amor hace cambiar a las personas, por ello pidió que seamos capaces de hacerles descubrir ese amor. Esto es humanizar la cárcel. Jesús en la cruz amó tanto que dio todo, nosotros necesitamos ir a la fuente, Jesús, para poder aprender del amor.

Ciertamente fue un Congreso en el que pudimos disfrutar no sólo de las personas que impartieron conferencias, todas alrededor del tema de la misericordia, sino que contamos con espacios de compartir en grupos, de disfrutar juntos del concierto de Migueli, cantautor, con su música de reflexión y un toque de humor… y muchos momentos en los que pudimos conocernos entre nosotros, algo que ayudó a tener contactos en cualquier parte de la península para cuando se realiza algún traslado entre prisiones. Agradezco que este encuentro haya sido posible porque sin duda, ayudará a poder seguir viviendo la misión de una manera esperanzada e ilusionada. Texto: Hna. Conchi García.
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