Regreso de las vacaciones... Hazme vivir por tu palabra (Salmo 119,25)

Hazme vivir por tu palabra (Salmo 119,25)
Hazme vivir por tu palabra (Salmo 119,25)

Quizás volvemos de las vacaciones, con ganas de hacer muchas cosas, con tantos propósitos que muchas veces se quedan en el momento que se pensaron y no logramos llevarlos a cabo, tanto mejor si lo conseguimos, pero no es lo importante, porque lo que de verdad va a contar ahora que hemos oxigenado de alguna manera nuestra mente y cuerpo, es de ir acogiendo la vida que se nos presenta en cada amanecer…

Después de haber podido vivir unos días de descanso, sin duda, que te sientes diferente,  sí…“…Después, cuando menos lo esperas, aparece más fresca la vida…”. Te notas con un nuevo aire, como con más ganas y fuerzas a todo nivel. Llega el momento de reencuentros también para volver a lo que llamamos rutina, ya sea, en el trabajo, la casa, la misión… aquello que día a día vamos a volver a afrontar y abiertos también a dejarnos sorprender, pero ojalá que sea vivido poniendo la mirada en Dios, que lo dejemos caminar a nuestro lado ¡ojalá mis caminos estén firmes para poder guardar tus preceptos! (Salmo 119,5).

Quizás volvemos de las vacaciones, con ganas de hacer muchas cosas, con tantos propósitos que muchas veces se quedan en el momento que se pensaron y no logramos llevarlos a cabo, tanto mejor si lo conseguimos, pero no es lo importante, porque lo que de verdad va a contar ahora que hemos oxigenado de alguna manera nuestra mente y cuerpo, es de ir acogiendo la vida que se nos presenta en cada amanecer… de lo que seamos capaces de darnos, de entregarnos en el día a día, cuando las cosas nos vengan de cara y con más fortaleza cuando se tuerzan pero en todo ser capaces de amar y darnos. Saber que nuestra vida pasa por el hoy, por el ahora, que las grandes cosas que quizás deseamos o soñamos, las iremos construyendo en el poco a poco del hoy. Si es ahora que soy capaz de sonreír al otro, de preocuparme, de acoger, de fortalecer, de ser una cara amable para los que cada día forman parte de la vida. El bien hace poco ruido pero llena siempre el corazón y de lo que se tiene se da.

Ayúdanos Señor en el hoy de nuestra vida, de nuestras realidades y aliméntanos con tu Palabra, es lo que te ofrecemos para el día de hoy “Hazme vivir por tu palabra” (Salmo 119,25)

“CUANDO MENOS LO ESPERAS…

Después, cuando menos lo esperas,

aparece más fresca la vida.

Y cuanto más alto miras,

cuanto más te sorprendes,

más pequeño, más de rodillas eres ante Dios.

Después, cuando menos lo esperas,

el tiempo ha marcado su ritmo,

y un sendero por dentro,

y ha tejido otra entraña más viva.

Entonces apareces más hermano,

más hijo, más… de rodillas.

Es casi sin querer,

al compás del deseo,

de la ilusión,

como el hombre va haciéndose criatura,

más a la imagen del corazón del amor.

Y después, cuando menos lo esperas,

no puedes menos que querer de rodillas”

(Isidro Cuervo, S.J.)

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