El camino

Camino
La Biblia contiene muchos relatos en los cuales sus personajes tienen que seguir un camino, el que Señor les indica. Abrahán sale de su tierra y sigue el camino que Dios le va a indicar: “Un día el Señor dijo a Abrahán, deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré” (Ge 12,1). Años más tarde Dios dijo a Abrahán: “Toma a tu único hijo, (Isaac) al que tanto amas, y vete a la tierra de Moria. Una vez allí ofrécelo en holocausto sobre el cerro que yo te mostraré… Al tercer día Abrahán alcanzó a ver el lugar desde lejos” (Ge 22, 3-4).

A través de la historia de este patriarca vemos como Yahvé indica siempre un salir, un desprenderse. Isaac dijo a Jacob, su hijo: “Vete a la casa de tu abuelo Betuel, y cásate allá con una de las hijas de tu tío Labán” (Ge.28, 2). De nuevo un salir de la tierra que le vio nacer para ir a otra tierra. Más tarde Jacob regreso a su patria tuvo doce hijos, entre ellos José hijo de su segunda esposa. Él tenía una predilección por este hijo y sus hermanos lo envidiaban hasta que tuvieron la ocasión de deshacerse de él vendiéndole a unos mercaderes que se dirigían a Egipto. De nuevo otro camino, esta vez hacia la esclavitud.

Pasados unos años vemos como Jacob baja a Egipto con sus hijos y reencuentra a al hijo predilecto. Esta vez el camino hacia la tierra de los faraones es debido al hambre que se sufría en Israel. Cuatrocientos años después vemos como los israelitas huyen de Egipto conducidos por Moisés hacia el desierto. En realidad es Yahvé quien los guía porque tuvo compasión de este pueblo que estaba sumido en dura esclavitud. En el libro de Josué 24, 15- 22, leemos como Josué arenga al pueblo de Israel para que elija entre los dioses falsos y el Dios verdadero. Ahí ya no es Dios el que indica el camino, es el pueblo que tiene que elegir y les dice: “Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor”. Acá está también la pregunta a la que tenemos que responder cada uno de nosotros: ¿A quien queremos servir, al Dios verdadero o a los dieses falsos: poder, dinero, fama? Texto: Hna. María Nuria Gaza.
Volver arriba