Junto a los monjes del Tibhirine, subirán a los altares las agustinas españolas Esther y Cari Los mártires de Argelia serán beatificados el 8 de diciembre en Orán

(Jesús Bastante).- Son los mártires de África. Los monjes hermanos de los musulmanes que fueron asesinados en Tibhirine, pero también las españolas, agustinas misioneras, Esther y Cari, muertas cuando regresaban de misa en 1994, en medio de las revueltas en Argelia. Todos ellos, 19 en total, serán beatificados el 8 de diciembre en el Santuario de Nuestra Señora de Santa Cruz de Orán.

Así lo han anunciado los obispos de Argelia en un comunicado, en el que anuncia que será Angelo Becciu quien presida la beatificación en nombre del Papa. "Compartimos, con gran alegría, esta buena noticia para nuestra Iglesia en Argelia", recalcaron.

Los frailes, inmortalizados en la fantástica 'De Dioses y de Hombres', fueron secuestrados y asesinados en el monasterio en 1996. El obispo Pierre Claverie lo hizo cuando regresaba de una misa homenaje a los siete religiosos mártires, al explotarle un coche bomba. Otra decena de religiosos fallecieron entre 1994 y 1996, en la mayor persecución religiosa del país.

Estos son sus nombres:

Obispo Pierre Claverie, hermano Henri Vergès, la hermana Paul-Hélène Saint-Raymond, hermana Esther Paniagua Alonso Sor Caridad Álvarez Martín, el padre Jean Chevillard, Padre Alain Dieulangard, el padre Charles Deckers, el padre Christian Chessel, Sor Angèle-Marie Littlejohn hermana Bibiane Leclercq Sor Odette Prévost, el hermano Luc Dochier, el hermano Christian de Chergé hermano Christophe Lebreton, el Hermano Michel Fleury, el hermano Bruno Lemarchand, Hermano Célestin Ringeard, el hermano Paul Favre-Miville.

Para los obispos del país, "se nos dan como intercesores y modelos de vida cristiana, amistad y fraternidad, encuentro y diálogo". "Que su ejemplo nos ayude en nuestra vida hoy. Desde Argelia, su beatificación supone, para la Iglesia y el mundo, un impulso y una llamada para construir juntos un mundo de paz y de fraternidad".


El superviviente y su compañero español

José Luis Navarro, monje español que vive con la comunidad en los montes del Atlas. Junto a él, Jean Pierre, el único superviviente de la tragedia, que asiste, emocionado, al anuncio de la beatficación.

En declaraciones para RD, el religioso trapense subraya que "es una muy buena noticia, que no por esperada nos da menos alegría". Para Navarro, "lo más importante es la difusión del espíritu de Tibhirine".

La beatificación pone de manifiesto cómo "a pesar de los acontecimientos dolorosos, seguimos viviendo entre los hermanos del Islam con la misma entrega y decisión de nuestros hermanos mártires. Viviendo como orantes, en medio de un pueblo de orantes".

Alegría de las agustinas misioneras

Por su parte, la superiora provincial de las Agustinas Misioneras (orden a la que pertenecían Esther y Cari), María Jesús Rodríguez, ve la beatificación "con alegría, con agradecimiento a Dios por este regalo; y con gratitud a Caridad y Esther por su vida y por su testimonio. Estamos comunicándonos hoy con todas las hermanas".

La beatificación será el día 8 de diciembre, "un día muy bonito para todos los católicos por ser el día de la Inmaculada", añade la religiosa, que anuncia cómo después de la misma se hará una gran celebración, "probablemente en la Catedral de León. La catedral supo de nuestro dolor cuando murieron y ahora será testigo de nuestro gozo en su beatificación. Aun no tenemos fecha para esta celebración porque hay que planificarla".

"Hoy hay que celebrarlo porque tenemos dos beatas más en España, porque son de nuestros pueblos, conocidas por mucha gente, por nuestra congregación... hay muchos testigos que han vivido con ellas. Son santas de nuestros días, que han estado a nuestro lado", concluye María Jesús Rodríguez.

El arzobispo español

Finalmente, el arzobispo de Rabat, el salesiano español Cristóbal López, apunta que "para la Iglesia del norte de Africa, rica en santos durantes los primeros siglos, es una alegría que 19 cristianos de nuestro tiempo vayan a ser beatificados por haber vivido su fe hasta el martirio".

"Son un ejemplo para todos; ejemplo de encarnación, de amor a un pueblo, de esfuerzo por el diálogo con el diferente, de entrega hasta lo último", sostiene López, quien advierte que "no fueron víctimas del Islam, sino del fanatismo, del extremismo y de los intereses políticos. No podemos olvidar que, como ellos, también casi un centenar de musulmanes imames fueron asesinados por no seguir el juego del fanatismo asesino. Y que en esa guerra callada de la que nuestros hermanos fueron víctimas, cayeron más de 200.000 argelinos musulmanes".

"Quiera Dios que la sangre de estos mártires sea semilla de cristianos, como siempre se ha dicho, pero de cristianos encarnados en su realidad, comprometidos en su transformación y con el evangelio de la misericordia en el corazón", culminó el prelado.

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