Prometen una "vigilancia implacable y un cambio permanente de actitud" ante la pederastia Los obispos franceses, "tristes y avergonzados" por los "atroces" abusos a menores

(Cameron Doody).- "Nos sentimos tristes y avergonzados por el sufrimiento imprescriptible de las víctimas y sus seres queridos". Los obispos franceses se han pronunciado de esta forma sobre la crisis de abusos, en un mensaje "al pueblo de Dios" en el que lamentan que la Iglesia ha sido "severamente probada" en los últimos meses, y se dicen "profundamente afectados por las revelaciones de abusos que están surgiendo en todo el mundo y en nuestro país".

En el mensaje firmado por los integrantes del Consejo Permanente del episcopado galo, con su presidente monseñor Georges Pontier, arzobispo de Marsella, a la cabeza, los obispos expresan su solidaridad con "todos aquellos cuya infancia ha sido robada" por haber sufrido abusos, según recoge la agencia SIR. Las vidas de las víctimas "han sido marcadas para siempre por hechos atroces", reconocen los prelados, a la vez que se arrepienten de los "hechos criminales" y "silencio culpable" que han reverberado en toda la Iglesia, si bien no mencionan explícitamente el caso del cardenal arzobispo de Lyon, Philippe Barbarin, quien esta misma semana ha sido citado por los tribunales por su negligencia respecto a un cura pederasta, el padre Bernard Preynat.

"Todos sufrimos por el clima de sospecha afectando a la Iglesia y sus curas", prosiguen los obispos franceses, advirtiendo a los fieles y a sus conciudadanos sobre los peligros de caer en peligrosas generalizaciones que manchan a la reputación de buenos sacerdotes que aún merecen "respeto y estima".

En cuanto a lo que hay que hacer para luchar contra el "flagelo" de los abusos en el futuro, los prelados galos piden a los católicos que pongan en práctica la política de "tolerancia cero" del Papa Francisco, ya que "es solo a través de los esfuerzos y vigilancia de todos que podremos superar esta calamidad que es el abuso dentro de la Iglesia".

"Reconocemos humildemente que esta lucha hay que intensificarla día tras día", aseveran los prelados, añadiendo que la batalla "requiere de una vigilancia implacable y un cambio permanente de actitud". También requiere, dicen los obispos, de un compromiso renovado con las víctimas, dado que creen "firmemente" que "escucharles y trabajar con ello nos ayudará luchar contra la pedofilia e identificar nuevas formas de prevención". Algo que -esta atención a las víctimas- los obispos franceses planean poner en marcha tan pronto como su próxima Asamblea Plenaria en noviembre, ocasión en la que víctimas serán "acogidas" y "escuchadas" por el episcopado.

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