Pastoral Social La Diócesis de Vitoria se concentra desde hace 11 años contra la siniestralidad laboral

La Diócesis de Vitoria se concentra desde hace 11 años contra la siniestralidad laboral
La Diócesis de Vitoria se concentra desde hace 11 años contra la siniestralidad laboral Secretariado Social Vitoria

Lema: “No más muertes por accidentes laborales. Langileen heriotz gehiagorik ez”

Cuando se lanzó la convocatoria para este 23 de septiembre eran dos las víctimas de la siniestralidad  laboral que iban a ser recordadas en la concentración. Al día siguiente otro trabajador falleció en Amurrio, elevando a tres las víctimas a recordar.

Concentración contra la siniestralidad Laboral en Vitoria

    El sacerdote Luis Antonio Preciado, director del Secretariado Social Diocesano, una de las entidades organizadoras de este acto, habla de la génesis y sentido de este acto organizan conjuntamente: Secretariado Social Diocesano, HOAC (Hermandad Obrera de la Acción Católica), ACGA (Acción Católica General de Álava), Pastoral de la Salud, Pastoral de Migraciones, Cáritas, Ass. Ur Bizia, Comunidades de Fe y Justicia, Comisión Justicia y Paz, CVX-Vitoria, y Comisión Social Zona Sur.

   “Uno de los objetivos del Secretariado Social Diocesano de la diócesis de Vitoria es la difusión y aplicación de la Enseñanza Social de la Iglesia,” Señala Preciado. “Desde sus inicios ha sido el llamado Mundo Obrero uno de sus campos de acción. Con este trasfondo en el curso 1999-2000 se formó un Equipo de trabajo que incidía en este objetivo. Lo llamamos Equipo de Pastoral Obrera que desde entonces está funcionando. La iniciativa “Gesto de Solidaridad” se enmarca en las tareas que desarrolla este Equipo.”

Una de las primeras inquietudes que constataron desde el Equipo de Pastoral Obrera  era la de “no quedarnos indiferentes ante la siniestralidad laboral existente, y mucho menos cuando ésta tiene resultado de muerte para el trabajador”. En el análisis que realizaron se reflejaba que estas situaciones extremas ocurren más a menudo de lo que parece, “es un drama humano que sufren muchas familias de nuestra diócesis y porque, creemos, son evitables si no al 100% si en un porcentaje altísimo” señala Preciado.

Pero este análisis fue más allá, haciendo auto crítica eclesial y social,  y reconociendo que: Es una situación que no se da la suficiente importancia en los medios de comunicación. Pasa “desapercibida” y muchas veces ignorada; Que las organizaciones sindicales también en este punto muestran la “desunión habitual”. Cada sindicato convoca a los suyos y de forma separada ante los accidentes laborales; Que para la inmensa mayoría de los cristianos y para las organizaciones eclesiales también es una situación ignorada o queda como un asunto inevitable o como un suceso más.

Así mismo detectaron preocupación en militantes sindicales, como en algunos cristianos y en los grupos eclesiales que trabajan la cuestión obrera, por la no aplicación de las leyes vigentes en los asuntos relacionados con la prevención de riesgos laborales y de la salud laboral. Aunque no todo eran sensaciones negativas. También encontraron experiencias positivas en otras diócesis de acercamiento y solidaridad con los trabajadores accidentados, sus familias y sus compañeros de trabajo. Por eso pensaron que hacer un Gesto de Solidaridad público ante los accidentes laborales mortales es una llamada de atención para la sociedad, las organizaciones sindicales y patronales, para las Administraciones y para la misma Iglesia.

La iniciativa se comenzó a gestar en el curso 2006-07. La primera acción fue el envío a las parroquias y a las comunidades eclesiales una “Nota Informativa” donde se recogían los datos personales de la persona fallecida y los datos más elementales del accidente laboral. Además se pedía tener un recuerdo por el trabajador fallecido, su familia y sus compañeros en las celebraciones litúrgicas.

Pero es a partir de enero de 2008 cuando se amplía esta acción con el Gesto de Solidaridadpúblico. “Nos llevó un tiempo darle forma y concretar los detalles para su ejecución”, precisa Preciado refiriéndose a: la elaboración de una pancarta, la preparación de una cuartilla informativa para dar a los viandantes mientras se realiza el Gesto, comunicar a  parroquias y comunidades eclesiales, sindicatos y medios de comunicación la iniciativa... 

La primera vez que realizaron el Gesto de Solidaridad, recuerda Preciado,  fue el 10 de noviembre de .2008. Desde entonces han sido 28 las convocatorias realizadas y esta ha sido la secuencia: Año 2008, 2 veces; Año 2009, 0 veces; Año 2010, 6 veces;  Año 2011, 3 veces; Año 2012, 3 veces; Año 2013, 3 veces; Año 2014, 3 veces; Año 2015, 1 vez; Año 2016, 1 vez; Año 2017, 3 veces; Año 2018, 1 vez; y Año 2019, 2 veces (la última la de este lunes 23).

Los primeros años el lugar elegido fue la plaza de la entrada principal de la Catedral Nueva. Desde hace años el lugar de la concentración es la confluencia de las calles Dato y Postas, en la entrada Sur de la Plaza Nueva. La hora, las 20:00, se mantiene, y también su duración, quince minutos. 

Tras muchos once años de constancia, Preciado, en nombre de toda la Comisión, hace el siguiente balance: “Conocido el camino recorrido, y viendo las respuestas habidas tanto con la presencia en cada Gesto como en el interés manifestado, en la Comisión siempre hemos valorado positivamente la iniciativa. Creemos que refleja la preocupación que tenemos ante las situaciones de sufrimiento que produce la siniestralidad laboral. Creemos que refleja, también, la palabra, aunque sea con nuestro silencio, que decimos a familiares, organizaciones sindicales y patronales, a la opinión pública y a las Administraciones, y, ¡como no!, a nuestra Iglesia. Nos unimos así a otros grupos eclesiales de otras diócesis que con un gesto parecido manifiestan su voz como cristianos y como Iglesia. En Bilbao, por ejemplo la convocatoria es una vez al año y en ella se recuerdan a todos los trabajadores fallecidos hasta entonces. Aspiramos, en primer lugar, a que esta iniciativa no tenga que repetirse porque no haya accidentes, y que cuando se haga,  pueda tener más trascendencia dentro y fuera de nuestra Iglesia.” 

Non solum sed etiam

En la línea benedictina del ora et labora podemos situar este gesto de la Iglesia en Vitoria, y en otros lares, que, además de rezar por los trabajadores que pierden la vida en accidentes laborales y por sus familias, sale a la calle para visibilizar una asignatura pendiente de la sociedad: la seguridad en el trabajo. Una llamada a la responsabilidad, no solo de empresarios para que pongan todos los medios necesarios, sino también a los trabajadores para que hagan uso de las medidas de seguridad; no solo a los empresarios para que primen la seguridad en el trabajo a la rapidez, sino a los trabajadores, sindicatos y organizaciones del mundo laboral para que defiendan al trabajador y al empresario que antepone la seguridad de las personas frente a todo lo demás.

Atarse a una línea de vida puede ralentizar una tarea, pero garantiza la vida del trabajador; ponerse el casco de obra evita dolores de cabeza; regular los tiempos de exposición del cuerpo humano a calores o fríos extremos no es un capricho ni depende de si uno “es del Norte” o del Sur, es garantizar seguir disfrutando de la nieve y la playa en vacaciones. Que los accidentes sean accidentes y no imprudencias.

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