Semana Santa en Prisión “Porque estuve en prisión y …la vivimos juntos”

Pastoral penitenciaria y Cofradías colaboran para hacer presente la Semana Santa en la prisión y el mundo de la prisión en la Semana Santa de Pamplona

La Semana Santa es un periodo en el que muchas personas deciden vivir la tradición cristiana que recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Unos optan por vivir los oficios en su parroquia, otros se acercan a los actos más llamativos de su entorno; otros disfrutan desde dentro o desde fuera con las procesiones, otros aprovechan a hacer turismo y ver cómo es la Semana Santa en otros lugares, … otros esperan con ilusión los actos que alterarán la rutina de su vida tras los muros de la prisión. Sí, la Semana Santa también se hace presente dentro de los muros de las prisiones. Centros como el que vamos a conocer de la mano de una voluntaria, desde hace más de 20 años, de la Pastoral Penitenciaria en Pamplona, Paloma Pérez Munaín.

“Son varias las actividades que como Pastoral Penitenciaria realizamos en el centro penitenciario a lo largo del año y hay una en particular que esperamos y esperan los presos con gran alegría: la celebración de la Semana Santa y en particular del Vía Crucis que realizamos con la presencia de los miembros de la Junta de la Hermandad de la Pasión de Pamplona desde hace muchos años, en la mañana del Jueves Santo.”

La Vía Dolorosa se encarna en el patio del centro o en el enlosado de cada galería “El Vía Crucis está preparado por la Pastoral y es adaptado especialmente para los internos. Se celebra simultáneamente en los dos módulos de hombres, en el de mujeres y en el de enfermería.  Tanto voluntarios de la Pastoral, como miembros de la Junta de la Hermandad y los capellanes, se distribuyen por estos módulos para celebrar el Vía Crucis con los presos.  Si el tiempo lo permite, el Vía Crucis se realiza en el patio y si la meteorología no acompaña, en la galería de cada módulo.”

Los presos y presas no son meros espectadores. “Es de destacar la gran participación, especialmente en el módulo 3.  Son los propios internos los que preparan alrededor del patio o de la galería, unas mesas con unas imágenes de cada estación del Vía Crucis, leyendo cada una de ellas.  Es un momento precioso, mágico, todos los que allí estamos lo vivimos con mucha unción, en silencio y en oración.”

El final del Via Crucis tiene un gesto que logra rebasar los muros de la cárcel hasta hacer presentes a los hombres y mujeres privados de libertad partícipes, de alguna manera, en las procesiones de las calles de Pamplona.

Manualiddades en Prisión

“Al final del Vía Crucis el hermano Prior dedica unas palabras de aliento y de agradecimiento por poder compartir su celebración con ellos, que acogen con cariño un año más el recuerdo y actualización de la Pasión de Cristo. Y reciben de manos de los internos un regalo hecho por ellos con papeles de colores: a veces son corazones, flores, cuadros…  ¡Jamás pensé que sólo con papeles se pudieran hacer cosas tan hermosas!  Este regalo suele colocarse a los pies de alguno de los pasos de las procesiones del Jueves y Viernes Santo, teniendo presente y rezando así por todas las personas privadas de libertad.”  

Manuaidades de la Prisión

Pero la Pasión cristiana no se puede entender sin la Esperanza de la Resurrección, por eso la Pastoral Penitenciaria lleva también la fiesta Pascual hasta la cárcel. “Pero como la Semana Santa no termina en la muerte y en la cruz, también celebramos entre el sábado por la tarde y el domingo por la mañana en los diferentes módulos, la gran fiesta de la Resurrección del Señor.”

Una experiencia así no deja indiferente, da pie a una profunda reflexión: “En la prisión todo resuena y se vive de una manera muy diferente: la cruz, el dolor, el amor, el perdón, la libertad, Jesús preso y crucificado…  Todo cobra una dimensión más real, más vivida…  No olvidemos que Jesús tuvo un juicio y una muerte injusta, que él también estuvo preso, por eso Jesús no sólo está cercano a ellos, sino que se hace uno de ellos. Por la pasión, muerte y resurrección del Señor, se nos da otra oportunidad para poder reconducir las vidas rotas y volver a vivir una vida auténtica, nueva y esperanzada. Él da las fuerzas para poder pedir perdón, para perdonar y perdonarse, que siempre sea lo más difícil.Así, esa cruz sencilla, desnuda… se habita de Cristo y también del dolor y las penas de cada uno de los presos y él les ayuda a cargar con ella porque nunca más estarán ya solos.Dios sale al encuentro del hermano ayudándole a cargar su cruz personal y compartiendo su calvario.  Dios llama a las puertas del corazón para quedarse para siempre.”

Una reflexión que Paloma “necesita” compartir más allá de su grupo, más allá de “sus” muros, de los muros de “la casa sin nombre”, porque “estos años han dado para muchas experiencias y reflexiones sobre la persona, la libertad, el dolor, el pecado, el perdón, sobre Dios y sobre quién es también mi prójimo…  Porque de la cárcel tenemos una opinión muy negativa, y así también de las personas privadas de libertad que en ellas se encuentran por diferentes motivos y circunstancias.  Una visión que muchas veces no coincide con la realidad.”

Non solum sed etiam

Dicen algunos que lo importante en esta vida no es saberlo todo sino tener el teléfono de quien lo sabe. Parafreseando esta máxima podríamos decir que no hace falta estar en todos los sitios sino tener amigos que te hagan llegar su experiencia y al compartirla poder hacerla tuya. Espero con este texto acercarme un poco a esas palabras de Jesús que dicen “estuve en la cárcel y me viniste a ver.” Y todo gracias a quienes no solo van a verLE sino a vivir con ellos.

En estos días en los que recordamos la Pasión de Cristo bien haremos en recordar el via crucis de cada día de tantas personas: de los enfermos, de los emigrantes, de los refugiados, de los desahuciados, de los marginados, de los que solo ven una salida en alternativas que llevan aparejada la muerte, de los olvidados, … y de los que estos días seguirán contando los días dentro de una prisión.

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