Sahak Masalyan, elegido por mayoría, no podrá denunciar el genocidio de su pueblo El nuevo patriarca de la Iglesia armenia, bajo el control de Erdogan

Sahak Masalyan, nuevo patriarca de Constantinopla de la Iglesia armenia
Sahak Masalyan, nuevo patriarca de Constantinopla de la Iglesia armenia

En un proceso único en el cristianismo, no es un cónclave de obispos el que elige al líder, sino el voto de todos los adultos, hombres y mujeres, censados en las 37 iglesias armenias de Turquía, 32 de ellas ubicadas en Estambul

La elección ha costado años de luchas intestinas en la comunidad, una pugna que empezó en 2008, cuando al patriarca anterior, Mesrob Mutafyan, se le diagnosticó una enfermedad mental que lo confinaba al hospital

El Estado intervino una vez más para determinar que solo se admitían candidatos que ejercieran el obispado en Estambul, lo que redujo el número de aspirantes de doce a solo dos y excluyó a Bekçiyan, favorito de la comunidad, por residir en Alemania

La entronización del nuevo patriarca de Constantinopla de la Iglesia Armenia, que se nombra hoy, pone fin a una década de luchas intestinas en la comunidad, pero no supondrá cambios políticos: el nuevo líder, elegido por voto popular, también es un hombre fiel a Ankara.

Sahak Masalyan, un obispo de 57 años cuyos valedores se presentaban como "lista naranja", consiguió el 66 % del voto popular y 89 de los 102 delegados elegidos en las urnas el domingo pasado, por lo que su nombramiento oficial, este miércoles, ya es solo una formalidad

Derrotado quedó su rival, Aram Atesyan, de la "lista violeta", ocho años mayor y desde hace una década el todopoderoso 'vicario general' del Patriarcado.

Elegido por el pueblo armenio

En una época en la que el genocidio armenio de 1915 sigue provocando airadas protestas diplomáticas y rifirrafes políticos entre Turquía y Francia o Estados Unidos, la postura del patriarca de Constantinopla tiene un alto valor simbólico.

Precisamente por esto, explican a Efe fuentes de la comunidad, el Gobierno turco ha hecho lo posible para retrasar las elecciones, primero, y luego excluir a todo candidato que pudiera adoptar una postura divergente de la oficial de Ankara.

Mesrob II Mutafyan
Mesrob II Mutafyan

No era fácil, porque en un proceso único en el cristianismo, no es un cónclave de obispos el que elige al líder, sino el voto de todos los adultos, hombres y mujeres, censados en las 37 iglesias armenias de Turquía, 32 de ellas ubicadas en Estambul.

Ateos que votan

"Yo soy ateo, pero estoy registrado en el censo de la Iglesia como votante", dice Rober Koptas, dueño de la editorial armenia Aras. "Desde épocas otomanas, el patriarca tiene una función política como representante de la comunidad", explica en conversación con Efe.

Llegar a las urnas ha costado años de luchas intestinas en la comunidad, una pugna que empezó en 2008, cuando al patriarca anterior, Mesrob Mutafyan, se le diagnosticó una enfermedad mental que lo confinaba al hospital.

Funeral del patriarca armenio en Estambul, fallecido el pasado 8 de marzo
Funeral del patriarca armenio en Estambul, fallecido el pasado 8 de marzo

Patriarcas destituidos... ¡por gordos!

¿Destituir a un patriarca, cuyo cargo es comparable al del papa católico? "No era nada raro", asevera Koptas. "Se cree que el cargo es vitalicio, pero la historia del patriarcado de Constantinopla está llena de ejemplos de patriarcas reemplazados en vida. ¡Si hasta se destituyó a uno por gordo!", relata.

En 2016, un cónclave destituyó a Mutafyan y eligió al arzobispo Karekin Bekçiyan, residente en Alemania, como coordinador de las elecciones, pero "el Estado no dio permiso de celebrarlas, y abrimos un juicio", recuerda en conversación con Efe el abogado del Patriarcado, Sebu Aslangil.

Con el asunto en manos de la Justicia turca, la imagen de Atesyan como hombre al servicio de Ankara se fue deteriorando hasta el punto de que gran parte de la comunidad "lo considera podrido, no lo aguanta nadie", en palabras de Koptas.

Ni siquiera la muerte de Mutafyan en marzo pasado puso fin a la pelea judicial; el Estado intervino una vez más para determinar que solo se admitían candidatos que ejercieran el obispado en Estambul, lo que redujo el número de aspirantes de doce a solo dos y excluyó a Bekçiyan, favorito de la comunidad, por residir en Alemania.

El nuevo patriarca

Boicot a las urnas

Pese a que un importante sector de la comunidad armenia ha optado por el boicot a las urnas, la iglesia armenia del barrio de Feriköy en Estambul bulle de votantes que hacen cola para acudir a las urnas, al tiempo que aprovechan para adquirir un licor o unas velas en el mercadillo navideño montado en el patio.

No todos son religiosos. "Yo soy ateo", admite un joven que espera en la cola junto a otros dos amigos. "Pero vamos a votar, es un asunto más social que espiritual", agrega. En efecto, el Patriarcado también tiene cierta autoridad moral sobre las decenas de fundaciones pías armenias, que manejan enormes fondos y gestionan famosos hospitales privados, inmuebles importantes, centros culturales...

"En esta iglesia se escogen 22 delegados. Hay unas 26.000 fieles, pero solo 16.000 están inscritos en las listas, y de estos suelen venir la mitad", dice Kervor Özkaragöz, delegado de la "lista violeta". "Es cierto que un sector hace boicot, pero ellos también votan: se han colocado también papeletas blancas para expresar el rechazo a ambos candidatos. Es todo democrático", añade en charla con Efe.

A tenor de la opinión expresada en las urnas, en las que Atesyan recogió solo un 25 % de los votos, la comunidad debe de estar contenta de haber apartado del poder al hasta ahora portavoz, pero pocos esperan grandes cambios de Masalyan.

"No tiene tan mala imagen como su rival, pero por las señales que ha dado hasta ahora, tampoco se saldrá del guion, dirá solo lo que el Gobierno quiera que diga", lamenta Koptas.

¿Hay margen de maniobra en el ejercicio del cargo? "

Ningún patriarca podrá decir en público al Gobierno turco que reconozca el genocidio armenio. Pero se puede no respaldar rotundamente la postura de Ankara. A veces, hasta el silencio dice mucho"

, describe el editor la difícil diplomacia que espera al nuevo líder de la comunidad. 

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