Francisco quiere hacer la revolución no ocupando espacios, sino generando procesos Ordenación de casados: una solución que conecta con la Iglesia primitiva

Francisco saluda hoy a indígenas del Amazonas
Francisco saluda hoy a indígenas del Amazonas

El Francisco que no quiere pobres, sino a los pobres. El Francisco que desea una Iglesia pobre para que en ella puedan entrar los pobres sabe que, para conseguirlo, tiene que acabar o, al menos, resquebrajar el poder de la casta clerical

Que sean las propias comunidades eclesiales (a imagen y semejanza de la Iglesia primitiva) las que elijan a sus sacerdotes a los que crean más preparados para ese servicio. Casados o solteros. Hombres o mujeres

"Evangelizar no es colonizar". Las palabras del Papa sonaron altas y claras en una Plaza de San Pedro llena de obispos y fieles de todas partes, pero especialmente del pulmón del mundo. De la Amazonia amenazada por el fuego y la explotación de Bolsonaro y los suyos. Y otro claro mensaje hacia adentro, hacia sus propias filas, reticentes ante los frutos novedosos y creativos que pueda aportar el Sínodo de la Amazonía«Si nos ponemos nosotros en el centro y no la misión, dejamos de ser pastores y nos convertimos en funcionarios». Un nuevo palo al clericalismo del Papa. El Francisco que no quiere pobres, sino a los pobres. El Francisco que desea una Iglesia pobre para que en ella puedan entrar los pobres sabe que, para conseguirlo, tiene que acabar o, al menos, resquebrajar el poder de la casta clerical.

Esa revolución quiere hacerla no ocupando espacios, sino generando procesos, en una primavera promovida desde arriba, pero pedida y asumida desde las bases. Eso es lo que Francisco llama sinodalidad: que sean las Iglesias las que le pidan a Roma lo que necesitan. En la Amazonía muchísimas comunidades no pueden tener eucaristía (el centro de la vida cristiana) por falta de curas. Y si no hay curas por mor del celibato obligatorio, que esas iglesias pidan el celibato opcional y el acceso de la mujer al altar.

Las Iglesias del Amazonas, que se han tomado en serio la sinodalidad, han presentado sus propuestas a Roma en un Instrumentum laboris que ahora se va a discutir. Después, el Papa tendrá la última palabra. Pero si Francisco cree y promueve la sinodalidad, lo más lógico es que bendiga las peticiones de la Iglesia sinodal.

Sínodo de la Amazonía

Entre las peticiones de la base, dos esenciales. La primera, salvar la casa común. Es decir, defensa de una ecología integral y sostenible, que salve la Amazonía, sus pueblos y sus culturas tan diversas, para que el fuego voraz del mercado no termine reduciendo selvas y personas a cenizas.

La segunda petición: que se pongan los medios para que la gente, incluso las comunidades más recónditas, puedan celebrar su fe. Un cambio en los ministerios ordenados. Que allí donde no llegan los curas, porque son pocos a causa del celibato obligatorio, se levante esa obligatoriedad y se ordene a presbíteros solteros o casados, según ellos mismos elijan.

Más aún, que se cambie la concepción del ministerio sacerdotal y que sean las propias comunidades eclesiales (a imagen y semejanza de la Iglesia primitiva) las que elijan a sus sacerdotes a los que crean más preparados para ese servicio. Casados o solteros. Hombres o mujeres. Ministros/as que sirven a la comunidad y que no se sirven de ella. Sería el final de la casta clerical, y eso los clérigos rigoristas no lo soportan. Por eso están que muerden y claman a la herejía y al cisma. Pero el Espíritu y la Historia siempre caminan hacia adelante.

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