Sor Lucía Caram, la monja enamorada de Dios y de los pobres
Quizás porque dice lo que piensa y lo que siente. Transmite sinceridad y autenticidad. Y eso llega a la gente, que lo capta rápidamente, en un mundo donde las formas y la imagen suelen primar y tapar el fondo. Y es que Lucía Caram es una monja poco habitual. Como persona, es un dechado de cualidades humanas. Como dominica, tiene las cosas claras y un buen bagaje teológico y doctrinal. Como contemplativa, está anclada en la oración y en la relación con Dios. Pero, a pesar de ser monja de clausura (en su convento de Manresa), lleva camino de convertirse en una estrella mediática y en un icono de la solidaridad.
Porque, como ella misma dice, "mi clausura es el mundo". Y su pasión: los pobres. Los de aquí y los de Tucumán (Argentina) su patria chica. Para los de aquí y los de allá creó una Fundación, que está creciendo como la espuma. Y llevando alivio, consuelo, esperanza, alojamiento y comida a los más necesitados. Un contemplativa en la acción, al más puro estilo de los grandes santos y místicos, como Charles de Foucauld o la Madre Teresa de Calcuta.
De verbo cálido y fácil, como buena argentina, transmite, llega a la gente, sintoniza de inmediato, conquista y seduce. Y, además, conoce perfectamente los medios de comunicación, por dentro y por fuera. Y tiene una lista extraordinaria de contactos. Dentro y fuera de la Iglesia.
Lo tiene todo: base, fundamento, madera, medios y proyección. No tardará en convertirse en un nuevo icono de la solidaridad eclesial. En Cataluña, ya lo es. Le falta dar el salto al resto del país y al mundo globalizado. Haría bien la Iglesia en facilitarle el camino y apoyarla a fondo. Aunque sea libre y diga lo que piensa. O porque es libre y dice lo que piensa. Su ortodoxia y su ortopraxis están fuera de toda duda. Monjas como ella no abundan. Y la Iglesia necesita testigos-iconos de la caridad y de la justicia. Como ella y como el Padre Ángel.
Se mueren los viejos profetas, luchadores del Reino. Pero surgen otros. Enhorabuena, Sor Lucía. Es un orgullo ser tu amigo y tenerte de colaboradora de RD.
José Manuel Vidal