Que den la cara los obispos y teólogos promotores del "aviso" a Queiruga

Han redactado una nota de "advertencia" (que, en la praxis, funciona como una condena) infumable (según la opinión de muchos teólogos) y, ahora, se esconden. No dan la cara. Ni los obispos de la comisión episcopal para la Doctrina de la Fe ni los (mucho más numerosos) de la Comisión Permanente, que la avalaron. Ni los teólogos que la avalaron y hasta la aconsejaron. Todos callados y en silencio. Los únicos que dan la cara son los colegas de Andrés, los teólogos que no participaron ni directa ni indirectamente en su "linchamiento". Sería bueno que tanto los obispos como los teólogos promotores de la nota de la CEE saliesen a la palestra y explicasen abierta y claramente sus razones. Sólo así el pueblo de Dios puede hacerse una idea cabal del tema, opinar con conocimiento de causa y saber a qué carta quedarse.

Pero no lo harán. No dirán nada más los obispos de la comisión episcopal para la Doctrina de la Fe, que son los siguientes: Presidente: — Adolfo González Montes. Obispo de Almería

Miembros: Excmo. y Rvdmo. Sr. D.
— Manuel Ureña Pastor. Arzobispo de Zaragoza
Alfonso Carrasco Rouco. Obispo de Lugo
— Juan Antonio Reig Plà. Obispo de Acalá de Henares
Luis Quinteiro Fiuza. Obispo de Tui-Vigo
— Enrique Benavent Vidal. Obispo Auxiliar de Valencia

Amén del presidente, Adolfo González Montes, que fue colega de Queiruga, hay dos obispos gallegos, que deberían sentirse especialmente concernidos: Alfonso Carrasco Rouco y Luis Quinteiro Fiuza. Este último fue compañero suyo en el Instituto Teológico compostelano.

¿Tampoco dará la cara ninguno de los integrantes de la Comisión Permanente que avaló la nota? Y éstos son muchos más. Un órgano integrado por los "pesos pesados" del episcopado:

Presidente: Emmo. y Rvdmo. Sr. D.
— Antonio Mª Rouco Varela. Cardenal Arzobispo de Madrid

Vicepresidente: Excmo. y Rvdmo. Sr. D.

— Ricardo Blázquez Pérez.Arzobispo de Valladolid

Secretario: Excmo. y Rvdmo. Sr. D.

— Juan Antonio Martínez Camino.Obispo Auxiliar de Madrid

Miembros: Excmo. y Rvdmo. Sr. D.
— Lluis Martínez Sistach. Cardenal Arzobispo de Barcelona
— Juan José Asenjo Pelegrina. Arzobispo de Sevilla
— Juan del Río Martín. Arzobispo Castrense
— Manuel Ureña Pastor. Arzobispo de Zaragoza
— Francisco Javier Pérez González. Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela
— Francisco Javier Martínez Fernández. Arzobispo de Granada
— Braulio Rodríguez Plaza. Arzobispo de Toledo
— Francisco Gil Hellín. Arzobispo de Burgos
— Carlos Osoro Sierra. Arzobispo de Valencia
— Julián Barrio Barrio. Arzobispo de Santiago de Compostela
— Santiago García Aracil. Arzobispo de Mérida-Badajoz
— Ciriaco Benavente Mateos. Obispo de Albacete
— Jesús E. Catalá Ibáñez. Obispo de Málaga
— Adolfo González Montes. Obispo de Almería
— Jesús García Burillo. Obispo de Ávila
— Casimiro López Llorente. Obispo de Segorbe-Castellón
— Joan Píris Frígola. Obispo de Lleida
— Josep Àngel Sáiz Meneses. Obispo de Terrassa
— Vicente Jiménez Zamora. Obispo de Santander
— Sebastià Taltavull Anglada. Obispo Auxiliar de Barcelona

De todos ellos, los más directamente afectados son el cardenal Rouco (por presidente y por gallego y por ex colega de Queiruga) y, por supuesto, su arzobispo, monseñor Barrio.

Excelente persona, me consta que el prelado de Compostela hizo todo lo posible para que la nota no saliese adelante. Pero, una vez perpetrada, su diócesis y toda Galicia y toda la gente que, en todo el mundo, quiere y respeta la obra de Queiruga, están esperando unas palabras de Julián Barrio. Nos las merecemos, Don Julián. Y ya sé que su "papeleta" no es nada fácil. Por un lado tiene que ser fiel a las decisiones de unos órganos episcopales colegiados, pero, por otra, tiene que defender o, al menos, mostrar su cariño y su cercanía a su sacerdote y a su teólogo. Y tiene que hacerlo públicamente, porque pública ha sido la notificación. Entrañas de padre y consuelo de arzobispo.

Don Julián será, si acaso, el único obispo que diga algo. Apuesto a que los demás callarán y esperarán a que escampe.

Y lo mismo harán los teólogos que propiciaron y hasta aconsejaron la nota de aviso a Queiruga. Lo lógico, si no tienen nada que esconder, es que saliesen a la palestra y defendiesen su posición. Con razones teológicas. Sólo así se realizaría un debate teológico serio. Pero tampoco lo harán, aunque en el mundillo teológico español se conocen perfectamente unos a otros. Y si no salen a la palestra, habrá que pedirles que salgan con nombres y apellidos.

De lo contrario, se demostrará que tienen algo que ocultar y que sus avales a la nota no eran tanto por razones teológicas cuanto por razones personales y de celotipia teológica.

De los que intervinieron directamente en el proceso, hasta ahora sólo ha dado la cara Martin Gelabert, el teólogo dominico valenciano, que acompañó a Queiruga en su "examen" ante la comisión para la doctrina de la Fe. El único que ha defendido su postura con gallardia y con razones. Un teólogo libre, que no tiene nada que esconder y aporta sus razones al debate. Ojalá los demás teólogos, promotores del aviso a Queiruga, hagan lo mismo. De lo contrario, como decimos, quedarán en evidencia y habrá que invitarles a salir a la palestra.

José Manuel Vidal
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