1.- Oriento ahora mi alma hacia la vida sobrenatural. En vano intentaré buscar la felicidad en las cisternas rotas; poco agua quedará en ellas y corrompida.

3.- A Ti, Señor, levanto mis ojos, a Ti que habitas en el Cielo, porque espero tu misericordia.  La única alegría profunda de la vida es la unión con Dios. Deseo estar, Señor, unido a Ti siempre y en todo momento. Venga a nosotros tu Reino, Señor. 

 4.- Dios quiere ser desde ahora el objeto de nuestra alegría; en Ti, Señor, pongo mi esperanza y confío en  tu palabra; en Ti, deseo poner toda mi alegría y toda mi ilusión, pero antes has de purificar mi alma de tantos y tantos afectos. 

 5.- He sido creado para la felicidad, pero asentado en Ti, porque lejos de Ti nunca seré feliz; enséñame tus caminos, Señor, y guíame en tus sendas.  Bajo la dirección del Espíritu Santo que la llama de la caridad eterna se  avive sin cesar en nosotros. 

 6.- Te das, Señor, como amigo al nacer; como alimento, al crecer; como rescate al morir. Concédeme ser consciente de esto y vivir en continuo agradecimiento.

 José María Lorenzo Amelibia Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/

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