Comillas celebra el XXV aniversario del Instituto de Migraciones y entrega el I Premio Arrupe de derechos Humanos Julio L. Martínez, sj.: “Arrupe es uno de los grandes profetas y testigos del encuentro entre culturas y religiones, y de la defensa de los derechos humanos”

Entrega del I Premio Arrupe de los Derechos Humanos en Comillas
Entrega del I Premio Arrupe de los Derechos Humanos en Comillas

Helena Maleno (en su nombre, Javier Baeza) y Fundación por Causa, galardonados

Sindo Lafuente: "Tenemos que conseguir frenar el discurso del odio"

Alberto Ares: "España es un país de migrantes, incluso ahora, cuando las fronteras dan miedo"

Fabio Baggio: "Los muertos siguen en el Mediterráneo, en el desierto, en la frontera entre México y Estados Unidos, o en el centro de África, o en Asia..."

Todos fuimos, todos somos migrantes. Aunque lo olvidemos, aunque no queramos recordarlo cuando las noticias se inundan con cuerpos ahogados en el mar, buscando un lugar más justo. Extranjeros, extranjeros... no son de los nuestros. Contra esta globalización de la indiferencia, en 1980, el padre Arrupe creaba el Servicio Jesuita a Refugiados.

Siguiendo su estela, el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas cumple ahora 25 años, y ha entregado el I Premio Arrupe a los Derechos Humanos, con el que se reconoce el mérito a personas e instituciones que defienden y promueven la defensa y promoción de los Derechos Humanos en el ámbito de las migraciones y el refugio. Porque "todos somos responsables", como subrayó el Papa Francisco. Y hay personas que siguen salvando vidas.

Solidaridad "por encima de los cadáveres"

Nadie mejor que Helena Maleno, que lleva años liberando de una muerte segura a miles de personas que buscan una vida mejor, y que hoy no pudo recogerlo por tener limitados sus derechos de movimiento en Marruecos. Por pelear contra los discursos de muerte “por encima de los cadáveres”, tal y como leyó Javier Baeza en su nombre. Y la Fundación PorCausa, representada en Sindo Lafuente.

Entrega del Premio Arrupe

Unos premios que hacen honor al derecho a la vida con mayúsculas, a toda la vida, a todas las vidas. Y también a la figura de Arrupe, el gran incomprendido, el gran profeta de la globalización. Así lo quiso reivindicar el rector de Comillas, Julio L. Martínez, sj., quien señaló que quien fuera general de la Compañía de Jesús “es uno de los grandes profetas y testigos del encuentro entre culturas y religiones, y de la defensa de los derechos humanos”.

Toneladas de nihilismo

“Tenemos gran necesidad de personas así en el mundo”, clamó el jesuita, para “no dejarse embaucar por las toneladas de nihilismo, cansancio y superficialidad que hoy se reparten por doquier”.

“Para Arrupe, el Evangelio solo podía ser camino de vida si se encarnaba en una cultura. Con una cultura que se encierra en sí misma, se empobrece, se anquilosa y acaba muriendo”, glosó el rector de Comillas, quien reivindicó que Arrupe fue el primer visionario de la globalización “Creía que la inculturación era universal, y hablaba de 'Caserío planetario', antes de que McLuhan hablara de agenda global”.

Fue un ciudadano del mundo, un icono de la globalización mucho antes de que ésta existiera”, culminó Martínez, invitando a, como hiciera el bilbaino, “mirar el mundo con confianza, siendo optimistas realistas, siempre confiando en la providencia y sustentado en la misericordia”.

La Fundación PorCausa recibió el I Premio Arrupe

Alberto Ares: todos somos migrantes"

Por su parte, Alberto Ares destacó cómo “todos somos migrantes, y hemos abandonado el hogar por razones distintas”. “España es un país de emigrantes, lo ha sido durante siglos, incluso ahora, cuando las fronteras dan miedo”, glosó, destacando las figuras de Maleno y la Fundación PorCausa y su labor para salvar vidas, y para denunciar las trabas en los procesos migratorios. "Tenemos que conseguir frenar el discurso del odio", apuntó Lafuente.

Finalmente Fabio Baggio, subdirector de la Sección Migrantes y Refugiados de la Santa Sede, agradeció el trabajo de los premiados, y confesó que "me asustan las soluciones fáciles" sobre los refugiados. Baggio recordó cómo el Papa les entregó un chaleco salvavidas, de una niña que no consiguió sobrevivir a un naufragio. "Nadie tiene que morir por un naufragio", les pidió el Papa. "Lamentablemente fallamos. Los muertos siguen en el Mediterráneo, en el desierto, en la frontera entre México y Estados Unidos, o en el centro de África, o en Asia..."

"Gracias a los que se comprometen, incluso en momentos adversos, como es el actual", clamó, invitando a explicar la migración "no como un problema, sino como una forma de vivir. Es precisa una nueva narrativa sobre la migración"

Javier Baeza recibió el premio en nombre de Helena Maleno

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