La secretaria general de Cáritas reclama "liderazgo social para revertir la sociedad desvinculada" Natalia Peiro advierte de "la pérdida de calidad de nuestra democracia" si no ataja la exclusión

La secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro
La secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro

“El VIII Informe FOESSA, situado en el ahora –señaló— nos habla de cómo hemos afrontado la salida de la crisis y cómo estamos reconstruyendo la sociedad"

Aboga por "una construcción de abajo a arriba, que pueda revincularnos, de forma que la construcción de comunidad tenga un papel esencial"

La secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiro, ha alertado esta mañana en el desayuno organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid de los retos que suponen para el futuro de nuestro país tanto “el proceso de enquistamiento de la exclusión social” como “la pérdida de calidad de nuestra democracia y el riesgo de que se reduzca a un mero expediente político con escaso calado cultural”.

Para responder a estos desafíos, señaló, “es imprescindible un liderazgo social, que, aunque a pequeña escala, puede generar movilización ciudadana y aportar proyectos que pueden ser replicados o repensados en otros lugares”.

Ante un auditorio en el que se han dado cita más de doscientos representantes cualificados de los sectores políticos, sociales y económicos del país, Natalia Peiro ha expuesto las grandes líneas del VIII INFORME FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, presentado ayer en la sede de Cáritas Española.

Desayuno con Natalia Peiro
Desayuno con Natalia Peiro

En el desayuno, ha estado acompañada por el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache, y la vicerrectora de la Universidad Pontificia de Comillas, Ana Soler. Entre los asistentes se encontraba la secretaria de Estado de Servicios Sociales del Gobierno de España, Ana Lima.

La secretaria general de Cáritas comenzó su intervención con una referencia a la misión de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) y de Cáritas “de visibilizar, acompañar y promover a las personas más vulnerables de nuestra sociedad” y al ciclo de análisis sociológico que culmina con el VIII Informe FOESSA, que, recordó, “se iniciaba en los momentos previos a la crisis económica y que ahora llega al capítulo final de una trilogía dedicada a 3 momentos esenciales en nuestra historia reciente: 2007-2008, período de máximo crecimiento económico previo a la crisis, analizado en el VI Informe FOESSA; 2013-2014, el momento de mayor exposición de la población a los efectos de la crisis económica, analizado en el VII Informe; y 2018-2019, fase posterior a una recuperación económica constante de 4 años, que analizamos en este último Informe”.

Nueva época, mismo modelo

“El VIII Informe FOESSA, situado en el ahora –señaló— nos habla de cómo hemos afrontado la salida de la crisis y cómo estamos reconstruyendo la sociedad, con una situación que mejora claramente respecto al 2013 pero que no alcanza los estándares de 2007”.

Según Natalia Peiro, “estamos en una época nueva, pero no ante un cambio de modelo, marcado por una debilidad distributiva, por el peligroso agotamiento de los límites planetarios que no debíamos sobrepasar para mantener el equilibrio del sistema Tierra, por el individualismo y una excesiva lógica económica y del intercambio, y también, en cuestiones como la vivienda, los cuidados o los derechos humanos básicos”.

El Informe FOESSA, explicó, va más allá de las situaciones de insuficiencia económica reflejadas en las tasas de pobreza y “desde hace más de 12 años mide las condiciones de vida a través de una mirada multidimensional de la realidad, y trata de reflejar los elementos que configuran los pilares básicos de nuestra vida”. “Hablamos –afirmó— de exclusión social, y con ello nos referimos a cuando las personas se alejan del centro de la sociedad, se van separando, son separadas, se quedan al margen o directamente son expulsadas del espacio central de la sociedad”.

Sociedad estancada Vs sociedad de las oportunidades

Natalia Peiro detalló las principales constataciones que recoge el VII Informe en lo que se refiere a una exclusión social se enquista en la estructura social de nuestro país y que está representada por esa “sociedad estancada” que integran los 8,5 millones de personas en esa situación y que representan el 18,4% de la población española (1,2 de millones más que en el año 2007”.

Dentro de este sector social para las que “el ascensor de la movilidad social no funciona y no es capaz de subir siquiera una planta”, la secretaria general de Cáritas destacó la situación de “especial vulnerabilidad de personas que acumulan tantos problemas en la vida diaria que les impide tener un proyecto vital mínimamente estructurado y que son 4,1 millones de personas en situación de exclusión social severa, sobre quienes se ceba la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas”. Problemas como “la vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema y su invisibilidad para los partidos políticos”.

Asistentes a la charla de Natalia Peiro
Asistentes a la charla de Natalia Peiro

Junto a ello, “nuestra investigación trae una buena noticia y es la de que la sociedad integrada, la de aquellas personas que no tienen dificultades para su supervivencia, la que lleva una vida digna en términos materiales, se ha recuperado a los mismos niveles de antes de la Gran Recesión, pero de una forma diferente”. “Hay un primer grupo, mayoritario, que denominamos la sociedad de las oportunidades que integra a dos tercios de la población de España (32 millones de personas), y uno segundo, que conforma lo que hemos llamado la sociedad insegura que ocuparía aproximadamente a 6 millones de personas”.

Cuáles son los riesgos

En la segunda parte de su intervención, Natalia Peiro se refirió a los riesgos sociales que señala el Informe. El primero de ellos “se relaciona con la pérdida de calidad de nuestra democracia, al constatar un compromiso político de baja intensidad asociativa donde el 80% de la población no participa y donde las personas con bajos ingresos y en exclusión social participan menos en los procesos electorales, registrándose tasas de hasta el 75% de abstención en los barrios más desfavorecidos, lo que provoca que su voz desaparezca de los procesos electorales”. “Y si las personas excluidas no votan no entrarán en la agenda política. No conozco ninguna campaña que haya tratado los más pobres y excluidos acudan a las urnas”, afirmó.

El segundo bloque de riesgos puso sobre la mesa son los relacionados con la desigualdad y que se muestra crudamente en factores sociales clave como son el acceso a la vivienda, al empleo y a la salud, o los relacionados con la familia, el acceso a los cuidados y la importancia del género en la intensidad de las situaciones de exclusión.

En cada uno de ellos expuso los datos más destacados del Informe, además de apuntar al cambio del tradicional eje norte-sur de la distribución de la exclusión a otro más transversal, que afecta al arco mediterráneo.

Natalia Peiro, en el Forum Europa
Natalia Peiro, en el Forum Europa

Revertir la sociedad desvinculada

Tras abordar las respuestas que estamos dando como sociedad a la consecuencias de la gran recesión y cuál está siendo el papel de las políticas sociales en la salida de la crisis, la secretaria general de Cáritas lanzó a la audiencia las propuestas que se platean desde FOESSA para “revertir la sociedad desvinculada que se está configurando, poder enfrentarnos al futuro, perder el miedo y fortalecer los mecanismos de inclusión de la ciudadanía en nuestra sociedad”.

Apeló, en ese sentido, al impulso de “un conjunto de grandes conversaciones cívicas que adecuen definitivamente nuestra forma de convivencia ante lo que en el Informe se denomina la sociedad desvinculada”. Y se refirió a tres retos concretos: hablar sobre un nuevo escenario con responsabilidades compartidas que propicie la creación de un sector público compuesto por el espacio de trabajo conjunto de las Administraciones públicas, las entidades no lucrativas y las empresas sociales, con las iniciativas ciudadanas y profesionales; la garantía del acceso a la supervivencia de las personas a través de mecanismos de prestaciones y rentas garantizadas; y conseguir que las personas, inmersas en un mundo que promueve el individualismo, accedan a convertirse en una comunidad para facilitar el acceso de terceros.

“Como se apunta en el VIII Informe FOESSA –concluyó— es imprescindible un liderazgo social, que, aunque a pequeña escala, puede generar movilización ciudadana y aportar proyectos que pueden ser replicados o repensados en otros lugares. Se trata de una construcción de abajo a arriba, que pueda revincularnos, de forma que la construcción de comunidad tenga un papel esencial”.

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