No solo memoria sino vida nueva



L´Osservatore Romano / Respondiendo a la invitación del Papa Francisco, los miles de fieles presentes en la plaza San Pedro para la audiencia general del miércoles, 4 de abril dirigieron felicitaciones pascuales a su predecesor. «Quisiera también que diéramos la Buena Pascua —porque fue Obispo de Roma— al amado Papa Benedicto, que nos sigue por televisión», les exhortó el Pontífice. Y todos respondieron con palabras de felicitación y con un fuerte aplauso, en una atmósfera de alegría, subrayada por la presencia de muchas flores donadas por los viveristas holandeses para las celebraciones pascuales, que resistieron también la lluvia. «En ciertos lugares, la Pascua se llama también “Pascua florida”, porque florece el Cristo resucitado: es la flor nueva; florece nuestra justificación; florece la santidad de la Iglesia. Por eso, muchas flores», inició el Papa improvisando un saludo antes de la catequesis. Por el resto, añadió, «oda la semana nosotros festejamos la Pascua, toda la semana. Y por eso, nos damos, una vez más, todos nosotros, el deseo de “Buena Pascua”».

Después, retomando el texto preparado, Francisco ofreció la última reflexión sobre el ciclo dedicado a la misa, deteniéndose en los ritos de conclusión. Y comentando el pasaje bíblico extraído del evangelio de Juan 20, 19-20, evidenció que «mientras la misa finaliza, se abre el compromiso del testimonio cristiano». De hecho, explicó, «Los cristianos no van a misa para hacer una tarea semanal y después se olvidan». Al contrario, «Los cristianos van a misa para participar en la Pasión y Resurrección del Señor y después vivir más como cristianos». De ahí la invitación directa: «Salgamos de la iglesia para «ir en paz» y llevar la bendición de Dios a las actividades cotidianas, a nuestras casas, a los ambientes de trabajo, entre las ocupaciones de la ciudad terrenal». En cambio, al contrario, «si nosotros salimos de la iglesia charlando y diciendo: “mira esto, mira aquello...”, con la lengua larga, la misa no ha entrado en mi corazón».
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