"María, pequeña y humilde, recibe la gloria más alta primero, alcanza la eternidad en alma y cuerpo. Y nos espera allí" El Papa bendice seis mil rosarios para los católicos de Siria

El Papa bendice seis mil rosarios para los católicos de Siria
El Papa bendice seis mil rosarios para los católicos de Siria

“Un signo de mi cercanía, especialmente a las familias que han perdido a alguien debido a la guerra. ¡La oración hecha con fe es poderosa!”

Mientras unos (Salvini) utilizan el rosario para llamar a la exclusión, el Papa lo muestra como símbolo de unidad y cercanía

En el día de la Asunción de la Virgen, el Papa quiso tener un gesto íntimo, pero a la vez universal, con los católicos perseguidos en la amada Siria. Y lo hizo al término de la oración del Ángelus, bendiciendo seis mil rosarios que, posteriormente, Ayuda a la Iglesia Necesitada hará llegar a las comunidades cristianas del país. Mientras unos utilizan el rosario para llamar a la exclusión, el Papa lo muestra como símbolo de unidad y cercanía.

En el Angelus, el Papa quiso recordar los dos verbos de la oración del Magníficat: Alabar y regocijarse. “Cuando sucede algo tan hermoso no es suficiente expresar felicidad con el alma, sino con todo el cuerpo”, sostuvo Francisco al hablar del momento en que “María se regocija con Dios”, porque “Él hace grandes cosas”.

María, explicó Bergoglio, “María exalta la grandeza del Señor, lo alaba diciendo que él es realmente grande”. “En la vida es importante buscar cosas grandes, de lo contrario te perderás detrás de tantas cosas pequeñas”, subrayó el Papa, quien abundó que “María nos muestra que si queremos que nuestra vida sea feliz, Dios debe ser el primero, porque solo Él es genial”.

Francisco, con un Rosario

No a las mezquindades de la vida

“Cuántas veces, en cambio, vivimos persiguiendo cosas de poca importancia: prejuicios, rencor, rivalidad, envidia, bienes materiales superfluos ... ¡Cuántas mezquindades en la vida! Hoy María nos invita a mirar las "grandes cosas" que el Señor ha logrado en ella”.

Esa es la celebración de hoy. “María, pequeña y humilde, recibe la gloria más alta primero, alcanza la eternidad en alma y cuerpo. Y nos espera allí, como una madre esperando que sus hijos regresen a casa. De hecho, el pueblo de Dios lo invoca como una puerta de entrada al cielo”. En ese sentido, María “es la meta”, que “nos da consuelo y esperanza en nuestra peregrinación aquí abajo”.

“Miramos hacia arriba, el cielo está abierto; no despierta miedo, ya no está distante, porque en el umbral del cielo hay una madre que nos espera. Ella es la reina del cielo, y ella es nuestra madre. Nos ama, sonríe y nos ayuda con cuidado”

, recordó el Papa, quien pidió “dejémonos llevar por la mano de la Virgen. Cada vez que tomamos el Rosario en la mano y rezamos por él, damos un paso hacia la gran meta de la vida”. Así lo hizo él mismo al final del Angelus.

Víctimas del Monzón

Francisco también quiso expresar “mi cercanía con las poblaciones de varios países del sur de Asia, gravemente afectados por las lluvias monzónicas. Rezo por las víctimas y los desplazados, por todas las familias sin hogar”, y pidió a los fieles “que acompañéis con oración el gesto que estoy a punto de hacer: bendeciré una gran cantidad de rosarios para los hermanos de Siria”.

“Hoy, en esta gran fiesta de María, los bendigo, y luego serán distribuidos a las comunidades católicas en Siria como un signo de mi cercanía, especialmente a las familias que han perdido a alguien debido a la guerra. ¡La oración hecha con fe es poderosa!”

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